La Fiscalía acusa a un hombre de ir a diario a Portugal pese a que el juez le prohibió salir de España

La Fiscalía de Salamanca solicita más de 6.000 euros de multa a un varón por un delito de quebrantamiento de medida cautelar. Le acusa de salir de España pese a la orden judicial vigente que le prohibía hacerlo sin previa y expresa autorización. Por su parte el acusado apela a su inocencia porque alega que desde hace más de 30 años reside en Vilar Formoso y trabaja en Fuentes de Oñoro, realizando dos desplazamientos diarios entre su domicilio y su trabajo, de ahí que cuando se le dijo que no podría salir del territorio nacional, él entendió que no podría salir del ámbito doméstico en el que a diario de mueve.

El juicio contra el acusado ha sido señalado para hoy por la mañana, cuando el acusado se enfrentará al pago de una multa de 18 meses a razón de una cuota diaria de 12 euros (6.480 euros), con responsabilidad personal subsidiaria en caso de impago. Según recoge la Fiscalía en su escrito de calificaciones provisionales, el acusado tiene nacionalidad portuguesa y carece de antecedentes penales. A pesar de tener conocimiento del auto del Juzgado de Instrucción número Dos de Ciudad Rodrigo, con motivo de un procedimiento por el que estaba siendo investigado y que sigue tramitándose, que le fue notificado y requerido el 3 de febrero de 2023 y en virtud del cual se le prohibía cautelarmente salir del territorio nacional sin previa y expresa autorización mientras durara el procedimiento, lo quebrantó.

Señala el Ministerio Fiscal que, sobre las 20:20 horas del día 6 de junio de ese año, haciendo caso omiso a la resolución judicial, fue sorprendido por una dotación policial, conduciendo su vehículo, entrando desde Portugal a la localidad salmantina de Fuentes de Oñoro.

«De las diligencias practicadas no se constata la autoría de mi principal en los ilícitos que se le imputan; al menos, no en la forma que el acusador público relata», relata por su parte el letrado de la defensa.

Asegura que desde hace más de treinta años su cliente reside en Vilar Formoso y trabaja en Fuentes de Oñoro, realizando diariamente dos desplazamientos entre su domicilio y su trabajo. Esta rutina, reiterada diariamente durante muchísimo tiempo, no es percibida por su cliente como ningún viaje al extranjero ni entendida como un desplazamiento transnacional en ningún caso, manifiesta.

«Para él, esa cotidianeidad significa simplemente ir de su casa al trabajo; sin más. No representa viaje al extranjero», insiste y concluye que por eso su cliente, «que es nacional portugués y no contó con intérprete en el procedimiento de referencia ni fue asistido de ningún traductor cuando se le formuló», no entendió correctamente el requerimiento que se le hacía.

«Percibió, sí, que debería abstenerse de viajar al extranjero. Pero es que él tiene la íntima convicción de estar moviéndose en su ámbito doméstico cuando va del domicilio al trabajo, como les pasa a la práctica totalidad de trabajadores transfronterizos», añade y concluye: «De ahí que, cuando se le dijo que no podría salir del territorio nacional, él entendió que no podría salir del ámbito doméstico en el que normal y diariamente se mueve. Y esa es la causa por la que no puede entenderse que cometiera el ilícito que se le imputa».

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