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Lunes, 10 de febrero 2020, 09:01
Agentes de la Policía Nacional y de la Policía Local han detenido a un delincuente habitual por el violento incidente protagonizado este sábado por la tarde en un establecimiento de comida rápida situado en la calle Obispo Jarrín, durante el que amenazó a clientes y empleados con sacar un cuchillo y rajar a todo el mundo y, tras ser reducido y detenido, hizo sus necesidades en una de las paredes de la iglesia de San Julián. Tras pasar la noche en el calabozo y ser puesto a disposición judicial, B.G.M. ha quedado en libertad aunque con cargos por un delito de amenazas y una sanción administrativa que los agentes le impusieron por orinar en la fachada del templo.
Según ha podido saber LA GACETA, los hechos tuvieron lugar alrededor de las 16.30 horas, cuando los agentes acudieron a la concurrida pizzería donde se entrevistaron con la encargada que, muy nerviosa, les manifestó que minutos antes había llegado un individuo, de sobra conocido por los empleados al haber protagonizado otros incidentes en el local, por lo que le pidieron que se fuera.
Fue en ese momento cuando el varón comenzó a amenazar a todos los presentes, clientes y empleados entre los que se encontraba un buen número de niños y adolescentes, con expresiones del tipo : “Tengo un cuchillo, os voy a rajar el cuello”.
Asimismo, el individuo, que ser mostró en todo momento muy agresivo y que decía ser “esquizofrénico”, arrojó un vaso de cerveza a una de las empleadas del establecimiento e insultó a otra.
Una patrulla de la Policía Local se personó acto seguido en el local, solicitando la documentación al individuo, que no la llevaba encima. Inmediatamente después llegó otra patrulla de la Policía Nacional, cuyos agentes identificaron al varón, B.G.M., salmantino y de 50 años, a quien le costa un dilatado historial delictivo por quebrantamientos de condena, robos con violencia y amenazas, entre otros.
Los agentes constataron que tenía también una orden en vigor que le prohibe aproximarse a menos de 250 metros de una sala de juegos situada en la plaza del Mercado. De forma que, según comprobaron allí mismo, el individuo incumplía tal prohibición, encontrándose a apenas 60 metros de dicho establecimiento.
Asimismo, según informan las fuentes consultadas por LA GACETA, durante el incidente el individuo orinó en el muro de la iglesia de San Julián sin hacer caso al requerimiento policial para que cesara.
Por todo ello, la Policía Nacional le detuvo por un presunto delito de atentado y la Policía Local le denunció administrativamente por satisfacer sus necesidades fisiológicas en la fachada del templo: una multa de 150 euros, conforme al baremo municipal.
A mediodía de este domingo y tras pasar la noche en los calabozos de la calle Jardines, el arrestado fue puesto a disposición del Juzgado de Instrucción número Uno de Salamanca, en funciones de guardia esta semana.
En el interrogatorio judicial señaló que no sabía que era tan extenso el radio de alejamiento, que pensaba que eran 5 metros y no 250. Tras ello, quedó en libertad provisional.
Se da la circunstancia de que hace poco más de un mes, el pasado 6 de enero, se produjo un incidente similar en un local de comida rápida, en este caso una hamburguesería, situada en la plaza del Corrillo. Otro problemático individuo accedió completamente desatado al establecimiento, lleno de menores, tras lo que gritó y amenazó de muerte a los presentes asegurando igualmente que portaba un cuchillo.
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