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Martes, 9 de junio 2020, 10:22
El conductor del Fiat Stilo que el 21 de julio del pasado año se salió de la vía y acabó estampándose contra un árbol en el término de Galisancho, con el resultado de cuatro jóvenes fallecidos, circulaba a 122 kilómetros por hora: 32 por encima de lo permitido en vía convencional. Así lo concluyen los agentes del Equipo de Reconstrucción de Accidentes de Tráfico (ERAT) de la Guardia Civil en su informe de investigación sobre las circunstancias en las que se produjo el gravísimo accidente.
Según ha podido saber LA GACETA, los investigadores destacan en el informe que el vehículo en el que viajaban los seis jóvenes, todos ellos vecinos de Alba de Tormes y de los que solo dos -el conductor y el copiloto- salvaron la vida, recorrió volando una distancia de 8,24 metros con un ángulo de vuelo de 45 grados.
Además, en su cálculo de la velocidad a la que circulaba el vehículo en el momento del accidente, para la que los agentes se han valido del PC-Crash -un sofisticado programa utilizado para la simulación de siniestros de vehículos a motor, que utiliza complejos cálculos para determinar las circunstancias-, los investigadores señalan que la velocidad a la que circulaba el vehículo era de 122 km/h, en una carretera convencional, en la que el límite es 90 km/h.
En su informe, los agentes del ERAT concluyen que, al ir manipulando el dispositivo de música del coche probablemente, el conductor no mantenía atención permanente a la conducción, influyendo también en el siniestro la ingesta previa de alcohol y droga. Todo ello desencadenó el fatal accidente, uno de los más trágicos en la historia de Salamanca y en concreto en Alba de Tormes, de donde eran vecinos todos los ocupantes del vehículo.
El brutal siniestro se produjo minutos antes de las siete y media de la mañana, cuando los seis amigos volvían en el coche a casa tras disfrutar de las fiestas de Santa Inés, tomaron recta una curva en Galisancho y salieron despedidos contra un árbol.
El joven que conducía el vehículo, A.J.L., había recuperado hacía poco el carnet de conducir tras haberle sido retirado -por pérdida de todos los puntos- y después del siniestro de Galisancho arrojó resultados positivos en las pruebas de alcoholemia -0,52 mg/l de alcohol en litro de aire espirado en la primera medición y 0,41 mg/l en la segunda- y drogas -en cocaína y anfetamina-.Como consecuencia del accidente el juez ordenó a la Guardia Civil la intervención del permiso de conducir a A.J.L. ante la gravedad de los hechos, advirtiendo en su auto de que, de no entregarlo, el joven incurriría en un delito de desobediencia.
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