El conductor del accidente de Galisancho fue condenado por un robo de joyas en Alba

El conductor del accidente mortal de Galisancho, a consecuencia del que este domingo cuatro jóvenes perdieron la vida y otros dos -el conductor entre ellos- resultaron heridos de gravedad, fue detenido a los 20 años por un robo de joyas en un chalé de la urbanización El Pinar de Alba, en el término municipal de Alba de Tormes, del que todas las víctimas del accidente, incluido él, eran vecinos. El Juzgado de lo Penal número Uno de Salamanca le condenó por estos hechos a dos años de prisión. A.J.L. recibió este martes el alta y salió del Hospital acompañado por su familia, tras lo que compareció ante la Guardia Civil en relación con el accidente.

Según ha podido saber LA GACETA, agentes del puesto de Alba le detuvieron el 26 de junio de 2011. A última hora de la noche, sobre las 23.15 horas, el Centro Operativo de Servicios (COS) de la Guardia Civil de Salamanca recibió aviso de que en un chalé situado en la calle Manzano de la citada urbanización, dos personas habían accedido a su interior por la puerta, pero que no se trataba de los propietarios de la vivienda.

Tras el aviso del ciudadano, varias patrullas del Instituto Armado se trasladaron hasta el lugar indicado, donde observaron el vehículo Fiat Stilo de color amarillo, el mismo que el domingo acabó estampándose contra un árbol con el fatal resultado de cuatro jóvenes fallecidos.

El coche, que esa misma tarde había sido ya visto merodeando por la urbanización, estaba estacionado frente al chalé y dentro se encontraba A.J.L. Al preguntarle por su presencia en el lugar, dijo a los agentes que estaba esperando a dos amigos que habían entrado “a buscar algunas cosas” en el chalé.

Cuando los agentes se pusieron en contacto con el propietario de la vivienda, éste les manifestó que le habían robado un cajón con joyas valoradas en unos 6.000 euros y que los intrusos podrían haber entrado por la puerta de un baño de una de las habitaciones que había quedado abierta.

Todos ellos fueron finalmente condenados conforme al acuerdo entre las partes, por el que tras reconocer su autoría, los tres aceptaron la misma pena: dos años de prisión y el abono a la aseguradora de los gastos derivados del robo.

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