Dos meses sin respuestas: la Guardia Civil mantiene como prioritaria la investigación sobre la muerte de Álvaro

Han pasado dos meses desde que el joven Álvaro Pérez Ortega fue hallado sin vida y en extrañas circunstancias en una finca de Ciudad Rodrigo. Lo que comenzó como una desaparición aparentemente sin motivo terminó con el hallazgo de su cuerpo cubierto por una paca de paja y con marcas en el cuello de posible origen violento que hicieron que la investigación tomara un giro inesperado. Desde entonces, la Guardia Civil, con el apoyo de la Unidad Central Operativa (UCO), trabaja sin descanso para esclarecer qué ocurrió el pasado 24 de enero. Sin embargo, las incógnitas siguen siendo muchas y, por el momento, no se han producido detenciones.

La última vez que sus amigos vieron a Álvaro fue aquella mañana, cuando dijo que iba a buscar una lona para la peña en la que pasaba tiempo con sus compañeros. Un detalle que llamó la atención desde el principio porque ya disponían de lona, de manera que su repentina salida resultó desconcertante. Pasaron las horas y nadie volvió a saber de él. Su familia y amigos comenzaron a preocuparse, y se organizó su búsqueda.

Fue un familiar, al parecer su propio padre quien, gracias a una aplicación de geolocalización, logró dar con su paradero. Lo que encontró fue desgarrador: el cuerpo de su hijo estaba en una finca cercana a la carretera de Sanjuanejo, tapado por una gran paca de paja. En un primer momento, la causa de su muerte no estaba clara y se apuntó a un accidente, pero tras una inspección más detallada y la posterior autopsia, se revelaron heridas en su cuello que podrían haber sido provocadas por un arma blanca.

Desde que se conocieron estos detalles, la investigación tomó un nuevo rumbo. El Juzgado de Guardia de Ciudad Rodrigo decretó el secreto de sumario para evitar que se filtraran avances que pudieran entorpecer el proceso.

La Guardia Civil ha llevado a cabo inspecciones en varios inmuebles, incluida la finca donde fue encontrado el cuerpo y el vehículo de Álvaro. Pese a los esfuerzos, hasta la fecha no ha trascendido ninguna detención ni se ha señalado oficialmente a un posible responsable.

El delegado del Gobierno en Castilla y León, Nicanor Sen, destacó recientemente la relevancia del caso y aseguró que se están utilizando todos los recursos disponibles. «Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado quieren resolverlo cuanto antes», afirmó, dejando claro que la investigación sigue activa y con carácter prioritario.

La muerte de Álvaro ha dejado una profunda huella en Ciudad Rodrigo y en los municipios cercanos, como Monsagro, donde tenía vínculos familiares. Desde el primer momento, las muestras de apoyo a la familia han sido constantes. Clubes deportivos, amigos y conocidos han querido recordar su memoria con mensajes y homenajes.

Uno de los gestos más emotivos fue el del Miróbriga Futsal, equipo en el que Álvaro jugaba, y el Club Deportivo Tres Columnas, donde comenzó a entrenar desde pequeño. Sus compañeros publicaron una imagen con su dorsal, el número 12, junto a un mensaje: «Va por ti, Alvarito». También se organizaron actos en su honor, como el multitudinario velatorio y el funeral celebrado en la iglesia parroquial de El Salvador, que se llenó de familiares y amigos para darle el último adiós. Además, el Instituto Fray Diego Tadeo organizó un homenaje en el que se formó un gran lazo negro en su memoria.

Pese a la conmoción y el dolor, siguen sin existir respuestas claras sobre lo ocurrido. ¿Por qué Álvaro salió aquella mañana? ¿Cómo terminó en aquella finca? ¿Qué ocurrió en las horas previas a su muerte? Las especulaciones y rumores han estado presentes desde el inicio, pero hasta el momento, la única certeza es que la Guardia Civil sigue investigando.

Las incógnitas persisten, pero la familia de Álvaro, sus amigos y toda la comunidad de Ciudad Rodrigo continúan esperando justicia. La Guardia Civil insiste en que no se ha dejado de trabajar ni un solo minuto en la resolución del caso. Mientras tanto, el recuerdo de Álvaro sigue presente en el corazón de quienes lo conocieron y en una ciudad que aún busca respuestas.

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