El Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León (TSJCyL) ha desestimado el recurso de la defensa contra la sentencia de la Audiencia Provincial de Salamanca que en junio de 2024 condenó a dos años de prisión y a 240 euros de multa a R.S.E. por un delito contra la salud pública referido a sustancias que causan grave daño a la salud. Según la sentencia desestima el recurso planteado y le impone las costas causadas.
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El tribunal con sede en Burgos concluye que el acusado «se limita a desvirtuar la valoración de la prueba realizada y dar una versión alternativa de los hechos sin aportar una prueba de descargo convincente -a la que desde luego no está obligado-, y lo que sí existe es pruebade cargo suficiente».
En su escrito de conclusiones señalaba el Ministerio Fiscal que los hechos tuvieron lugar concretamente el 18 de julio de 2023 cuando el acusado había quedado con otro varón por lo que este pararía su turismo en Miróbriga. Conforme a lo pactado entre ambos, el acusado entregó desde su coche un envoltorio blanco al otro a cambio de una transacción de dinero que fue observada por los agentes de la Guardia Civil y que comprobaron posteriormente que el envoltorio contenía 0,40 gramos de cocaína, alcanzando un valor de más de 129 euros en el mercado ilícito. Por lo que fue detenido por un delito contra la salud pública.
Tal y como recoge la sentencia, R.S.E. el día 18 de julio de 2023 sobre las 13:50 horas, se encontraba en el interior de su vehículo estacionado junto a su domicilio sito en la N-620 de Ciudad Rodrigo. Al poco llegó en sentido contrario un vehículo, Mercedes Benz 320, conducido por un hombre acompañado de un copiloto. Tras detenerse y estacionar enfrente de R.S.E., sus ocupantes se bajaron del mismo y se dirigieron al vehículo del acusado. El conductor se paró a saludarle, mientras que el copiloto entró en el domicilio de R.S.E, seguido poco después por el conductor. Pasados unos minutos, ambos salieron de la vivienda acompañados por la pareja de R.S.E. Después el conductor del vehículo le entregó al acusado un billete y este a cambio, le entregó un envoltorio pequeño que resultó ser una papelina de cocaína, dirigiéndose a continuación a su vehículo y abandonando el lugar en sentido contrario.
Los agentes de la Guardia Civil, que se encontraban realizando labores de vigilancia en la zona por las sospechas de que el acusado traficaba con droga, y que habían observado todo lo sucedido, dieron el alto poco después al vehículo conducido por el hombre que le entregó el billete al acusado sin haberlo perdido de vista en momento alguno, realizando un cacheo superficial de los ocupantes y del vehículo para localizar el envoltorio. En el cacheo corporal no hallaron droga ni dinero.
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Mientras se realizaba el cacheo, uno de ellos reconoció que venían de casa de su amigo R.S.E., localizando a continuación en el lateral de la puerta del conductor, en el interior de una funda de gafas, un envoltorio con una sustancia de color blanco, explicando que la habían comprado «para correrse una fiesta», sin indicar dónde ni cuándo la había comprado. Analizada la muestra por el laboratorio territorial, arrojó como resultado que la sustancia intervenida tenía un peso de 0,4 gramos y una riqueza del 82,71%, siendo cocaína, droga que causa grave daño a la salud.
Las declaraciones durante el juicio en la Audiencia Provincial
Durante el juicio celebrado el 19 de junio de 2024, el acusado aseguró tener una relación de amistad muy estrecha con el conductor y copiloto del vehículo que paró a las puertas de su domicilio, pero negó rotundamente que se hubiese producido ese 'intercambio' a las puertas de su vivienda. «Eso es incierto. Yo estaba montado en mi coche con la puerta abierta esperando a mi mujer porque íbamos a ir a comer. Me llamaron ellos por teléfono y me dijeron que estaban metiendo el dinero en una máquina tragaperras y que 'la tenían caliente' y al borde del premio. Me pidieron cincuenta euros para seguir jugando pero no los tenía, les dije que les podía prestar veinte. Vinieron a la puerta de mi casa y se los entregué«, explicó. La mujer del acusado, que declaró en el juicio como testigo, corroboró la versión de los hechos de su marido.
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Asimismo, declararon como testigos los dos agentes que realizaron la intervención en Ciudad Rodrigo. «Vimos a un vehículo en el que uno de los ocupantes era consumidor y decidimos ir detrás para ver sus movimientos. Aparcó a las puertas del domicilio del acusado, en el que ya habíamos tenido una actuación anterior y en el que sospechábamos que se podía vender droga», relató uno de ellos. Ambos agentes aseguraron que vigilaron los vehículos desde quinientos metros y a través de unos prismáticos. «Hemos observado que el conductor le ha dado un billete y R.S.E. le ha entregado un envoltorio de color azul. El conductor del vehículo se ha montado en el coche y les hemos seguido para darle el alto y proceder a su cacheo», aseguró uno de los agentes. A continuación, según el testimonio de los agentes, encontraron el paquete azul dentro de una funda de gafas ubicado en el compartimento de la puerta del conductor tras un registro al vehículo.
Por otro lado, tanto el conductor del vehículo como el copiloto, negaron que el acusado les hubiese entregado el paquete: «En mi vehículo han encontrado la droga pero yo no he adquirido a R.S.E. absolutamente nada. Puede estar ahí de otro día y puede ser mío o de otra persona, el coche se lo dejo a mucha gente», aseguró el conductor. Ambos mantuvieron en la versión de que la visita al domicilio del acusado fue para conseguir dinero en efectivo para continuar jugando a la máquina tragaperras.
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Finalmente, el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León ha valorado la desestimación del recurso al estar de acuerdo con la valoración lógica, racional y razonable de la prueba y no ver dudas en su participación en el delito.
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