Cazadores furtivos 2.0: tecnología avanzada al servicio de la ilegalidad

¿Qué impulsa a un cazador furtivo? ¿El dinero, la adrenalina o simplemente la tradición? En Salamanca, la caza ilegal sigue siendo una práctica que se repite con cierta frecuencia, a pesar del aumento de la vigilancia y también de las sanciones. En lo que va de 2025, la Guardia Civil ha intervenido en dos operaciones contra furtivos, dos operativos que se han zanjado con cinco detenidos.

La imagen de un furtivo ha cambiado con el tiempo y ahora se trata de cazadores equipados con tecnología avanzada, capaces de detectar animales a kilómetros de distancia con visores térmicos o de disparar en la oscuridad con rifles equipados con iluminación especial. Las detenciones en Monsagro y Peñaranda de Bracamonte han dejado claro que el furtivismo no es una actividad improvisada, sino una práctica planificada al detalle.

La primera gran operación de este año tuvo lugar el 20 de febrero en Peñaranda. La Unidad de Seguridad Ciudadana (USECIC) de la Comandancia de Ávila capitaneó el operativo que se zanjó con la detención de tres cazadores ilegales. La colaboración ciudadana fue clave en estos arrestos, algo que los agentes han querido agradecer.

Los tres individuos fueron sorprendidos cazando ilegalmente en Muñosancho (Ávila). Al percatarse de la presencia policial, huyeron en un todoterreno en dirección a Salamanca, lo que desencadenó una persecución hasta su arresto.

Para detenerlos, varias patrullas de la Guardia Civil de Crespos, Madrigal de las Altas Torres y la Policía Local de Peñaranda coordinaron un cerco hasta interceptarlos en dicha localidad. En el registro del vehículo se hallaron dos perros de raza galgo y un visor térmico. Además, los agentes encontraron una liebre que los sospechosos habían arrojado por la ventana durante la huida.

Los detenidos, de entre 25 y 39 años y procedentes de Extremadura, cuentan con antecedentes por hechos similares. Uno de ellos, además, tenía una orden de búsqueda, detención y personación emitida por un juzgado asturiano. Tanto los arrestados como la liebre, el todoterreno y los galgos fueron puestos a disposición judicial. Se les acusa de un delito contra la flora y fauna, al haber practicado la caza furtiva en plena época de veda y con medios prohibidos. Además, la Guardia Civil ha propuesto tres sanciones administrativas contra ellos, incluyendo una por el uso del visor térmico.

La segunda operación tuvo lugar el 15 de marzo de madrugada, en Monsagro. Agentes de la Guardia Civil detectaron un vehículo que circulaba con las luces apagadas por caminos de una reserva cinegética. Al interceptarlo, descubrieron que dentro viajaban dos individuos que intentaron deshacerse de un visor térmico arrojándolo por la ventanilla. En el vehículo se hallaron dos rifles equipados con miras telescópicas y sistemas de iluminación acoplados, uno de ellos cargado, junto con munición adicional. Ambos fueron detenidos y acusados de caza furtiva y uso de medios prohibidos.