Al banquillo dos ladrones por una oleada de robos en vehículos en el barrio de Tejares

La Fiscalía solicita penas de dos años y seis meses de prisión y las indemnizaciones correspondientes para los presuntos autores de los múltiples destrozos y robos en vehículos a mediados de diciembre del año 2020 en el barrio de Tejares. El Juzgado de lo Penal número Dos de Salamanca ha señalado para este martes el juicio a E.M.R. y J.F.G., acusados ambos de un delito continuado de robo con fuerza.

Los hechos tuvieron lugar el 13 de diciembre de 2020, de madrugada. Según recoge el fiscal en su calificación provisional, a la que ha tenido acceso LA GACETA, los acusados, ambos con antecedentes penales aunque no computables, puestos de común acuerdo y con ánimo de ilícito beneficio, se introdujeron en varios vehículos con propósito de apoderarse de los efectos que pudieran encontrar en su interior, para lo cual rompieron los cristales de las ventanillas.

En total, fueron nueve los vehículos afectados según considera probado el fiscal, que añade que mientras que uno de los acusados se encontraba en el interior de una furgoneta y el otro al lado, llegó la Policía y los acusados trataron de huir, pero fueron detenidos, siendo igualmente recuperados los efectos sustraídos.

Herramientas, cargadores de móvil, gafas y hasta la batería en al menos uno de los casos, integraban el botín de los cacos, informaba este diario en el momento de los hechos. Los vecinos del barrio de Tejares amanecieron a la mañana siguiente sobresaltados al tener conocimiento de que numerosos vehículos que estaban estacionados en la vía pública habían sido objeto durante la noche de daños y destrozos provocados para robar en su interior. Los asaltos tuvieron lugar en el entorno de la calle del Molino de Tejares y otras adyacentes.

Los autores de los hechos se valieron de piedras y lo que tenían a su alcance para reventar los cristales de los vehículos, en su mayoría coches, pero también furgonetas y hasta un camión.

En muchos casos los daños fueron importantes. En uno de ellos, los ladrones rompieron el cristal de al menos una de las ventanillas. Cuando se levantó y fue a su coche, no solo lo encontró completamente revuelto, sino que además, todavía estaba dentro la piedra empleada por los delincuentes, que quedó alojada debajo del volante. En otro caso fue peor, los ladrones abrieron el capó del vehículo y se llevaron la batería. Y lo peor de todo, una vez más el importe de los destrozos superó al del botín sustraído por los maleantes.

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