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El interior de las ruedas de los vehículos son, para los traficantes, uno de los lugares preferidos para esconder la droga que desean transportar de un punto a otro.
Así han jugado los narcos al escondite en Salamanca

Así han jugado los narcos al escondite en Salamanca

A pesar de la gran imaginación que tienen los traficantes para ocultar la droga y llevarla a su lugar de destino sin ser pillados, la experiencia ha hecho que la Guardia Civil sepa dónde buscar

Domingo, 21 de julio 2019, 00:12

La imaginación es el límite y sobre todo el punto fuerte de algunos traficantes de droga. El peluquín que llevaba puesto el hombre detenido el pasado martes en el Aeropuerto de El Prat, en Barcelona, es la prueba, pues en su doble fondo ocultaba medio kilo de cocaína. El ingenio de los narcotraficantes es ilimitado a la hora de querer burlar los controles de seguridad. Pero el tráfico de droga no solo está presente en los aeropuertos. También en las carreteras y las vías de comunicación de la provincia de Salamanca no se libran.

La Guardia Civil de Salamanca ha abierto las puertas a LA GACETA para mostrar algunos de los escondites favoritos de los traficantes de droga descubiertos por sus agentes.

Dentro de los vehículos se pueden encontrar estas sustancias en los airbags, en el interior de las puertas, en el motor, en las ruedas, en las sillitas de los bebés, en la mercancía que transportan los camiones... Los traficantes utilizan lo que haga falta para mover la droga desde un punto hasta otro. A ellos, hombres y mujeres de cualquier edad, no les importa nada más que llevar a cabo la tarea encomendada y ganar dinero de forma “fácil”.

Algunos delincuentes son traficantes muy profesionales y el mejor ejemplo lo encontramos en 2012. “Vimos a un joven de lo más normal del mundo con una mochila, ninguna infracción, sin antecedentes... pero su único trabajo resultó ser la droga” recuerda un agente de la Guardia Civil. En aquella ocasión, sino llega a ser por uno de los perros especializados en detección de droga que les acompañaban, el traficante hubiera seguido su camino. Porque aunque lo que más importancia tiene en estos casos es la experiencia del agente, el papel que desempeña el servicio cinológico —perros especializados en detección de droga—, aunque no es fundamental, es muy útil y Saza, un cruce de pastor belga, fue el héroe en esta hazaña.

El can comenzó a dar vueltas alrededor del vehículo durante más de media hora y, aunque el tiempo pasaba, no marcaba un punto. Sin embargo el animal seguía dando vueltas. Entonces, de repente, Saza se acercó a un punto y marcó, pero muy sutilmente. “Si este perro ha llegado a hacer esto es porque algo hay” afirma el agente. Los guardias civiles se dispusieron a quitar la puerta del vehículo y encontraron 70 kilos de hachís y 70.000 euros correspondientes al pago de otra venta, esta vez de cocaína, que el traficante había efectuado antes. Un perro muy bueno y un fallo ínfimo.

Esta estrella canina de la Guardia Civil de Salamanca era considerada por todos los agentes una auténtica ‘máquina’. Era capaz de recorrer el puente de Juan Carlos I, ubicado junto a La Fontana, desde un lado hasta el otro y encontrar droga. Saza falleció con 8 años, a punto de jubilarse, a causa de un tumor. A día de hoy el Instituto Armado cuenta con el futuro sucesor de Saza, al que han llamado Zar, un cachorro de tan solo un año y medio de edad.

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