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Anas Al-Omar: “No quiero abrir WhatsApp para no enterarme de la muerte de otro familiar”

El refugiado sirio en Salamanca tiene familia en las zonas más afectadas de Turquía | “Parientes y amigos han perdido sus casas y no tienen comida ni bebida”, afirma

Miércoles, 8 de febrero 2023, 22:00

Desde los dos terremotos de 7,8 y 7,5 de magnitud que han sacudido a Turquía y a Siria, Muhammad Anas Al-Omarl, refugiado sirio en Salamanca, se bate en duelo cada vez que recibe un mensaje de su familia desde Turquía con una nueva tragedia.

El número de muertos por los seísmos supera ya los 11.200, 8.574 en Turquía y 2.662 en Siria.Estos días, la UE enviará ayuda humanitaria de emergencia a ambos países por valor de 6,5 millones de euros. Además, la Secretaría General de la ONU pidió este miércoles a los países del Consejo de Seguridad que estudien la posibilidad de autorizar el uso de más cruces fronterizos en zonas del noroeste de Siria bajo control opositor con el fin de acelerar la ayuda tras los terremotos.

“Tengo a mis cuatro hermanas, a mis tíos, a otros parientes y a amigos en la ciudad turca de Antioquía y en la provincia de Hatay. Tengo miedo de abrir Facebook o WhatsApp porque cuando lo hago me entero de una nueva muerte de personas conocidas. El sur de Turquía y el norte de Siria son las áreas más afectadas. Allí la situación es muy mala y cada minuto hay nuevas estadísticas sobre muertos y heridos”, lamenta emocionado Anas Al-Omarl.

El refugiado sirio lleva un año y ocho meses en Salamanca junto a su familia. “Antes de venir a España vivimos en Siria y después estuvimos nueve años en Turquía. Abandonamos Siria a las tres de la madrugada tras un criminal bombardeo de Bashar Háfez al-Ássad, el actual presidente de la República Árabe Siria”, explica.

Familiares y amigos de Anas Al-Omarl continúan en Turquía y se encuentran en el escenario de la tragedia por el temblor. Muchos de ellos están debajo de las casas demolidas, esperando para ser rescatados y otros han perdido la vida. “Estoy destrozado. Mis familiares carecen de comida y de bebida y están durmiendo en coches, en parques y en pasillos de edificios porque sus casas se han derrumbado. Es lo único que sé ya que no he podido hablar mucho con ellos, la comunicación es muy débil”, cuenta desolado.

Actualmente, del edificio de Muhammad Anas Al-Omarl donde residía con su familia solo quedan escombros. “He recibido vídeos de las casas de mis familiares y del edificio donde yo vivía con mi mujer y mis hijos totalmente en ruinas”, manifiesta.

“La gente sobrevive con miedo constante porque se están produciendo cada poco tiempo réplicas del terremoto. Hasta el momento, han llegado a registrarse unas 600 después del devastador temblor. Ya he perdido a muchas personas queridas”, recuerda.

Muhammad Anas Al-Omarl hace hincapié en que la situación en su país es “muy mala” y está “fuera de control” debido a su presidente y a que la región lleva 12 años sufriendo por la guerra y las bombas. “En Siria, la situación es horrible, sobre todo en el norte debido a Bashar al-Assad. No hay equipos de emergencias ni mecanismos para salvar a la gente. Tampoco comida ni bebida. Hace mucho frío y las condiciones climatológicas son muy duras, llueve y nieva mucho...”, reconoce.

Según el refugiado, antes la única salida de su país natal era Turquía, pero ahora, a causa del “brutal terremoto”, tampoco es una “vía de escape posible”. Además apunta que las ayudas que los países “han enviado y enviarán” a Siria, serán “robadas” por el Gobierno”. “No les llegará nada a los necesitados”, lamenta.

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