Alfonso Basterra: el nuevo inquilino de Topas con «perfil gris» y con múltiples incógnitas por resolver

Alfonso Basterra, el nuevo recluso de Topas pasa su primer fin de semana en el módulo 12 del penal, un módulo de respeto donde comparte instalaciones con otros internos o internas que han cometido delitos con mucha repercusión mediática. Y no es para menos, en el mes de noviembre de 2015 él y su mujer, Rosario Porto, fueron condenados a 18 años de prisión por el asesinato de su hija adoptiva Asunta.

Tras el suicidio de Porto en el año 2020 en la cárcel de Brieva (Ávila), Basterra es el único que puede resolver las incógnitas del 'caso Asunta' que aún quedan pendientes, entre ellas el móvil del crimen: ¿Por qué unos padres mataron a una hija supuestamente tan deseada ?

A su llegada a Topas y dado todos los años que lleva entre rejas no se le ha aplicado el protocolo antisuicidios. De hecho, solo una vez se le aplicó, en diciembre del año 2020, con motivo del suicidio de Rosario Porto. Anteriormente eso sí, en Teixeiro (A Coruña) fue preso de apoyo, haciendo las labores de custodia de otros internos para evitar que se quitaran la vida.

«Prepotente, con cierto halo de narcisismo», se fue de la cárcel de Teixeiro porque él mismo lo pidió, sin mostrar jamás arrepentimiento y dejando una imagen de un hombre «de perfil gris», señalan fuentes penitenciarias a LA GACETA. Un perfil de «poca empatía tanto con funcionarios como con el resto de internos», que hasta ahora le ha hecho pasar desapercibido, sin aprovechar siquiera el contacto con los otros reclusos en su tarea como bibliotecario del centro penitenciario coruñés. Por donde ha pasado sin recibir visitas ni apenas correspondencia.

Basterra llegó este viernes por la mañana a la cárcel de Topas y después de ser atendido por los integrantes del equipo de observación y clasificación del centro penitenciario o.ingresó en el módulo 12, como se preveía, un módulo de respeto muy similar al que ocupaba en el penal de Teixeiro.

«Nunca fue un preso próximo a los funcionarios ni tampoco al resto de internos», señalan las fuentes consultadas por este diario, que lo definen como «distante, aunque no maleducado», con poca o ninguna empatía hacia los demás, «un interno que va a lo suyo y que se cree superior al resto, al menos en el plano intelectual».

Pese a todos estos años entre rejas, sigue considerándose periodista y nunca dejó su afición por la escritura, de hecho acaba de publicar una novela que escribió en Teixeiro, una obra titulada 'Cito' y de la editorial Vitruvio. Una historia de amor desarrollada en un pueblo de Castilla y León, en los años 40, donde los personajes están llenos de humanidad, y a la vez, de una magia y un recorrido misterioso que los llena de atractivo. Una novela dedicada a su hija adoptiva, cuyo crimen conmocionó al país y fue recreado en la serie de televisión 'El caso Asunta', que Basterra pudo ver desde prisión.

Quizá la inspiración que le llevó a escribir esta novela le ha llevado ahora a pedir el traslado, el cambio a la prisión de Topas, otro pueblo de Castilla y León, en este caso de Salamanca, donde es más que probable que continúe con su única distracción conocida, la escritura. E incluso, si así se decide, como bibliotecario del penal salmantino.

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