Salamanca
Miércoles, 21 de febrero 2024, 13:35
La Audiencia Provincial de Salamanca acogerá este jueves la tercera sesión del juicio por el 'crimen de Carnaval'. Tercera sesión que dará inicio a las 9:30 horas con los informes de las partes, tras lo que se entregará a los miembros del jurado popular el objeto de veredicto y se retirarán a deliberar.
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Una sesión que tiene lugar horas después de la cuando menos pasmosa declaración del acusado, J.A.V.S., que empezó contando que fue mal asesorado en un principio por su primer letrado -que «por efectos del nerviosismo» dijo lo que él le dijo que dijera y por eso declaró que llevaba una navaja, lo que más tarde negó- y contó después que aquella noche simplemente fue de fiesta a Ciudad Rodrigo y que tuvo un enfrentamiento con otros dos clientes -que por cierto iban disfrazados de conejos blancos- en el bar La Muralla de la calle La Colada «porque llevaban un rato molestando y por más que lo intentó no paraban y les di un empujón». La fiscal le dijo entonces que «no fue un simple empujón» a lo que él respondió: «Puede ser (...), pero tampoco fue una cosa exagerada, de 25 minutos pegándonos», a lo que asegura que uno de ellos le dijo: «Si es que tienes razón, venga te invito a una copa, pareces buena gente», tanto que acabaron «abrazándose».
A causa de ello desalojaron el bar y él salió a la calle tan normal, dijo, pero escucho golpes «pam pam pam» y «ruidos de botellas». Y miró para atrás, y vio a 'Tomy', hasta entonces no se había fijado en él, pero en ese momento «solo lo vio a él y estaba claro que tenía que haber sido él el que le tiró con algo -a su amiga- y le dijo: '¿Qué le has hecho a las chicas?'». Entonces le empezó a retar, con la navaja en la mano, y ocurrió la «tragedia». «Yo no quería que todo terminase así, esto me ha arruinado la vida. Cambiaría una mano entera por borrar los últimos cinco minutos de todo lo que sucedió», dijo.
'Tomy' le recibió con la navaja, reiteró, le cortó en una mano, en la barriga y en una oreja y en el forcejeo él mismo «se pinchó», aseguró añadiendo que para nada tenía intención de acabar con su vida: «Fue todo muy rápido, un forcejeo y se pinchó», aseguró. «Ojalá no lo hubiera hecho, cambiaría muchas cosas, una mano, porque no hubiera pasado lo que pasó esa noche», lamentó.
En resumidas cuentas, en su declaración, a veces en presente pero en la mayoría de las ocasiones en condicional, reconoció con reservas su culpa, pero repitió hasta la saciedad que fue en legítima defensa, que fue fruto de un forcejeo y que fue el propio acusado el que «se clavó» la navaja: «La mala suerte de que le pinchó en mal sitio», llegó a decir.
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«Asustado» se fue del bar, «no quería más problemas», dijo con un tanto de frialdad, porque no quería empeorar la situación. «Sabía que -el ahora fallecido- se había pinchado», dijo, pero «no sabía dónde». Al salir del bar «sangraba muchísimo pero no fui al médico porque no era mi prioridad en ese momento», añadió, diciendo que solo quería llegar a su casa: «Yo no quería que eso acabara así, no tenía nada en contra de esa persona, eso me ha arruinado la vida a mí, a él y a dos familias».
Al día siguiente se presentó en Comisaría porque vio por redes que había habido un fallecido en Ciudad Rodrigo y lo relacionó con lo que había pasado, entonces fue a ver a su abogado y más tarde a comisaría.
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«Ya veo que a usted le gusta resolver las cosas con diplomacia y hablando» le espetó el abogado de la acusación particular al inicio de su interrogatorio: «'Ay madre que voy a ser yo', pensó al verlo en las redes, entonces fue a ver al abogado», le dijo, a lo que añadió «parece que le gustan las peleas» y él respondió: «Tengo 38 años y llevo saliendo desde los 14 y no es lo más habitual que por culpa mía cierren los bares».
Tras ello y en respuesta a su abogado que le preguntó por sus hijas, rompió en llanto y entre lamentos concluyó: «He arruinado dos familias por una maldita noche».
Los forenses expusieron por su parte que no creen que hubiera forcejeo, que fue «un acto puntual» y señalan que la navaja atravesó completamente el esternón de la víctima y uno de los principales vasos de salida de la arteria aorta: «Lo que implica una fuerza al asestar la puñalada, la persona que utilizó la navaja tiene que haber empleado una gran fuerza». La navaja seccionó completamente uno de los principales vasos de salida de la arteria aorta -la más grande del organismo-.
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