A juicio por llevar tres preservativos con drogas en la vagina para distribuir en Topas

Un hombre y una mujer tendrán que sentarse en el banquillo de la Audiencia Provincial de Salamanca el próximo mes acusados de un delito de tráfico de drogas por el que la fiscal pide para cada uno de ellos una pena de cuatro años y medio de prisión y multa de 5.000 euros. Ambos están acusados de intentar distribuir droga en el centro penitenciario de Topas. Para ello la acusada trató de pasar en un vis a vis a su entonces pareja, preso, cocaína y cannabis que llevaba oculto en la vagina en tres preservativos.

Según el escrito de calificación del Ministerio Fiscal, al que ha tenido acceso LA GACETA, los hechos tuvieron lugar alrededor de las 16.40 horas del 15 de mayo de 2019. Ese día la mujer, de iniciales N.C.R. acudió al penal para tener un vis a vis con su pareja, C.Q.G. Cuando se encontraba en el departamento de identificación previo al vis a vis la mujer fue cacheada por una funcionaria de prisiones, a la que le entregó voluntariamente tres preservativos que tenía en el interior de su vagina con un total de 16,12 gramos de cocaína (con una pureza del 75,03%) y 30,28 gramos de cannabis.

Tal y como consta en el citado informe de la fiscal, “los acusados, de común acuerdo, intentaban introducir la sustancia en el centro para su posterior distribución o comercialización”. Así, la cocaína habría alcanzado en el mercado ilegal el precio de 1.631 euros en su venta al por menor por gramos y de 2.317 euros de ser vendida por dosis. Por su parte el hachís, hubiera alcanzado un valor de 167,14 euros. Por estos hechos el Ministerio Fiscal pide para cada uno de los acusados una pena de cuatro años y medio de prisión y multa de 5.000 euros. El juicio se ha señalado para el día 14 a las 12.00 horas.

Sin embargo no será la única vista oral que se celebrará esa mañana y momentos antes, a las 9.30 horas, está previsto otro juicio en la Audiencia por tráfico de drogas, también en la cárcel de Topas. En este caso la acusada es M.R.P., quien en junio de 2019 envió a un reo con el que por aquel entonces mantenía una relación sentimental dos cartas manuscritas, a través de las cuales intentó colar la droga. En concreto, junto al texto escrito se remitía oculto, entre dos fotos pegadas, 0,85 gramos de heroína (con un 34,9% de pureza), 0,86 gramos de cocaína (con un 73% de pureza) y 0,29 gramos de resina de cannabis.

No obstante, la fiscal apunta que la droga no llegó al preso, pues los funcionarios sospecharon e intervinieron las sustancias; y que al tiempo de los hechos el interno sufría trastorno de personalidad, ansioso y trastorno por consumo de cannabis. De la misma forma, no queda suficientemente probado que existiera entre ellos un concierto previo de voluntades.

El Ministerio Fiscal solicita para ella la pena de un año y seis meses de prisión y multa de 180 euros.

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