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Miércoles, 23 de septiembre 2020, 12:41
Ocurrió en noviembre de 2017. Tres personas resultaron heridas en un accidente provocado por el conductor de un coche que circulaba borracho y que impactó contra una furgoneta en la A-66, a la altura de Fresno-Alhándiga. La violencia del golpe fue de tal envergadura que la furgoneta saltó la mediana, invadió el carril contrario y quedó en medio de la calzada. Un microbús que transportaba a integrantes del equipo cadete de fútbol sala de La Bañeza no pudo evitar impactar contra el furgón.
“Hemos perdido el partido, pero hoy hemos salvado la vida gracias a nuestro conductor”, señaló uno de los responsables del equipo minutos después del aparatosísimo accidente. El causante del siniestro, que tras los hechos huyó a pie del lugar hasta ser localizado saliendo de un bar donde se había pedido un ron con Coca-Cola, se enfrenta ahora a dos años de prisión y seis años sin conducir que le pide la Fiscalía, la máxima pena que recoge el Código Penal para el tipo delictivo.
Según ha podido saber LA GACETA, el Juzgado de lo Penal número Uno de Salamanca ha reservado el último día de este mes, el próximo miércoles día 30, para la celebración del juicio contra V.G.P., un salmantino de 41 años y con antecedentes penales aunque no computables en la causa.
Los hechos se remontan a la tarde del 4 de noviembre de 2017, sobre las 18.30 horas. El acusado conducía un turismo Audi A5, con sus facultades disminuidas por la previa ingesta de alcohol, por la Autovía de la Plata. Al llegar al kilómetro 373,054, a la altura de Fresno-Alhándiga, colisionó por alcance con una furgoneta Citroën Berlingo.
A consecuencia del impacto, la conductora de la furgoneta perdió el control de la dirección y se salió de la vía por el margen izquierdo, cruzó la mediana, chocó contra la valla de protección de la carretera en sentido contrario y quedó en la calzada ocupando parcialmente ambos carriles.
Todo ello provocó el choque frontolateral de un microbús que circulaba por el carril derecho y que transportaba a el responsable y nueve menores del equipo de fútbol sala, al ser imposible para su conductor detener el mismo cuando se vio sorprendido por el obstáculo que representaba la furgoneta en su trayectoria.
El conductor del coche aprovechó entonces la confusión desencadenada como consecuencia del accidente y mientras otro conductor, que paró en el lugar, auxiliaba a las víctimas, se marchó a pie.
Agentes de la Guardia Civil le buscaron por las inmediaciones y le encontraron esa misma tarde en Castillejo de Salvatierra -a unos 5 kilómetros del lugar del siniestro- saliendo de un bar donde se había pedido una copa.
En el test de alcoholemia, arrojó 0,73 y 0,79 mg/l de alcohol en aire espirado -el triple de la cantidad permitida, 0,25 mg/l-.
En su escrito de calificación provisional, la Fiscalía llega a señalar que “el acusado, con carácter previo a producir el accidente, venía realizando una conducción de absoluto desprecio hacia la integridad y la vida propia y ajena, que motivó llamadas repetidas al 112 por usuarios de la vía y una persecución por los agentes de la Guardia Civil que pese a activar la señalización acústica y luminosa, no consiguieron darle alcance por la velocidad a la que conducía”.
La Fiscalía le acusa de dos delitos contra la seguridad vial por conducción alcohólica y por conducción temeraria, así como de tres delitos de lesiones por imprudencia grave. Le pide dos años de prisión y seis años sin conducir, así como elevadas indemnizaciones para todos los afectados por las lesiones a las víctimas y los daños causados.
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