¿Por qué las alergias y los coches no se llevan bien?

Ebn torno a un 20% de la población es alérgica. Desde finales de marzo hasta junio se produce la mayor incidencia de las alergias, cuyos síntomas (lagrimeo, estornudos en cadena, congestión nasal, fatiga, somnolencia...) y los efectos secundarios de los antihistamínicos con que se tratan inciden en el tercio de población alérgica que conduce, según recuerda la Dirección General de Tráfico.

Por ello, para evitar problemas al volante y mantener una conducción segura, conviene no automedicarse, seguir el tratamiento del médico y no mezclarlo con alcohol, un cóctel especialmente peligroso. Tráfico recuerda que al encadenar estornudos sin parar se retira la atención de la carretera hasta 15 segundos. Además, el 50% de los alérgicos padece alteraciones del sueño –los que sufren congestión nasal no pueden dormir bien y por la mañana están más cansados– y, por ejemplo, el 40% de los que padecen rinitis alérgica y tienen dificultades para respirar con la nariz taponada sufren ‘somn olencia diurna’, lo que también interfiere en la seguridad al volante ya que conducir con esa sensación de aplomo es muy peligroso, más aún en trayectos largos.

Ese sueño se acentúa con el uso de los antihistamínicos. Por eso los alergólogos recuerdan que existen estudios probados sobre los efectos de la conducción que demuestran que la reacción ante un semáforo rojo bajo los efectos de un antihistamínico de nueva generación es de 8-9 segundos, frente a los más de 20 segundos de uno clásico. Por eso, estos profesionales médicos recomiendan los de nueva generación que dan menos sueño.

Los antihistamínicos que se utilizan para tratar las enfermedades alérgicas desde hace algunos años incorporan en sus cajas un pictograma que advierte a los alérgicos de sus efectos sobre la conducción y en sus prospectos un apartado que explica los efectos, si los tienen.

Los que utilizan como principio activo bilastina (Bilaxten, Ibis, Obalis), ebastina (Ebastel), desloratadina (Aerius), loratadina (Civeran, Claritina, Optomin, Velodan, Narine) y terfenadina (Triludan, Rapidal) no producen efectos sobre la conducción y son, por ello, mejores para la seguridad al volante, según señala también la DGT.

Los consejos para los conductores pasan por evitar conducir al amanecer y por zonas húmedas e informarse de la cantidad de polen en destino a través de internet. Antes de salir de viaje conviene limpiar el coche, evitar bajar las ventanillas y tampoco encender el aire acondicionado si no se tienen filtros antipolen. Y por su puesto, muy importante: no ingerir bebidas alcohólicas si está en tratamiento y es conductor. El alcohol mezclado con el antihistamínico potencia los efectos de la somnolencia.

Cambiar el filtro. Es fundamental disponer de un filtro HEPA. En el caso de no disponer de esos filtros antipolen, hay que evitar bajar las ventanillas y tampoco encender el aire acondicionado. A los motoristas se les recomienda llevar cascos integrales cerrados y a los ciclistas, mascarilla y gafas.

Limpiar el interior. Antes de realizar un viaje conviene limpiar el coche por dentro dado que se acumula polvo y pólenes.

No beber alcohol. La norma de no beber alcohol cuando se va a conducir es aplicable para cualquier situación -no sólo para los alérgicos- pero es que si se mezcla con antihístamínicos o fármacos para los resfriados dispara el efecto de somnolenncia.

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