Los mejores consejos para perder peso en verano

Tiempo de vacaciones, comida opíparas, barbacoas, espetos y cervecitas. A simple vista puede parecer que el verano es poco o nada propicio para perder peso. En muchos casos las dietas de adelgazamiento se guardan en el cajón para recuperarlas, si hay ganas y voluntad, en septiembre. Pero estamos muy equivocados. El verano tiene una serie de condicionantes que lo hacen muy propicio para perder peso. Un estudio que llevaron a cabo los científicos de la universidad norteamericana de Georgia y el Massachusetts Medical School demostró que la ingesta de calorías desciende en los meses de verano una media de 200 calorías por persona.

Aunque apenas nos demos cuenta, en verano hacemos más ejercicio. Abandonamos el sedentarismo de la oficina y del sillón y salimos a caminar, nadamos en el mar o en la piscina o salimos más en bicicleta. Eso provoca que quememos más calorías. Además, la alimentación de la época estival suele ser más ligera y saludable (gazpachos, zumos, batidos, ensaladas, fruta...) Incluso las propias barbacoas son en ocasiones más sanas, al prescindir del aceite. Queda claro que perder peso en verano es posible e incluso más fácil. Por eso vamos a dar unos consejos que ayudarán a cumplir el objetivo.

Beber agua se hace mas imprescindible en verano por las elevadas temperaturas que sufrimos. Además de estar hidratados, el agua nos hace tener una sensación de saciedad y eso provoca que comamos menos alimentos. Además es fundamental apostar por el agua o, en su defecto, los zumos de frutas y las infusiones frías. Hay que huir de las bebidas energéticas, azucaradas, cero calorías, etc.

En invierno siempre tenemos la excusa del mal tiempo para no hacer deporte. En verano no caben lamentos. El tiempo invita a salir a la calle. Simplemente con una hora de caminata diaria, unos largos en la piscina o un paseo en bicicleta, estaremos quemando calorías y manteniendo nuestro cuerpo a punto. Incluso podemos apostar por el gimnasio siempre que vayamos a primera hora de la mañana. No olvidemos que a la hora de perder peso, el 65% está en la alimentación y el 35% restante depende del ejercicio físico.

Cuando vamos a la playa o a la piscina es muy normal caer en la tentación de acabar en el chiringuito. Si queremos perder peso, no es conveniente que se transforme en una rutina. Para evitarlo, es fundamental llevar a la playa o a la piscina nuestros propios aperitivos. Piezas de fruta, un batido, zanahoria fresca... Es una forma de saciarse de la manera más saludable posible.

El verano apetece poco estar delante de los fogones pasando calor. Y por suerte eso no es malo. Podemos hacer platos más saludables como pescados a la plancha o verduras al vapor, por ejemplo. Con un simple chorrito de aceite de oliva, tendremos lista una excelente comida o cena veraniega.

Estar más tiempo en la cama no está reñido con perder peso. Más bien todo lo contrario. Así lo indica un estudio realizado en la Universidad de Chicago (EE.UU). El trabajo señala que no dormir lo suficiente aumenta la producción de ghrelina. Esta hormona está implicada en la sensación de apetito, y la retención de grasas.

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