La vuelta al cole se hace cuesta arriba por la inflación

Se nota en el ambiente que el verano dice adiós. La cuenta atrás para la vuelta al 'cole' ha comenzado. Aunque falta un mes para que pequeños y más mayores entren a sus nuevas aulas y comiencen las clases, poco a poco, madres y padres van recibiendo mensajes en sus teléfonos móviles que les hacen recordar que los libros de texto de sus hijos ya están a su disposición en sus librerías o superficies comerciales de confianza.

Este año, todos los lotes llegan al mercado con dos peculiaridades. La primera hace que el regreso se haga más cuesta arriba de lo que normalmente lo suele ser. La inflación no ha dejado de hacerse notar en diversos sectores en los últimos meses y el del material escolar y los libros de texto ha sido uno de ellos.

Mientras la ilusión de estrenar libros, material y uniformes entusiasma a los más pequeños, este es un tema que, a los padres, les genera una gran preocupación por el dinero que, este año, deberán desembolsar para que sus pequeños comiencen el curso con todos los preparativos adquiridos, sabiendo que, además, este año, no podrán reutilizar muchos libros por la LOMLOE, que implica varios cambios en sus contenidos, afectando, sobre todo a los cursos pares y a los alumnos que cursarán Bachillerato.

Ante esta situación, muchas familias se estrujan la cabeza para encontrar la fórmula secreta del ahorro, aunque, para este curso, será difícil hallarla, puesto que los libreros se esperan que muchos libros de texto lleguen tarde por las modificaciones que se han llevado a cabo en los currículos educativos.

Los profesionales y encargados de las librerías y superficies comerciales salmantinas aseguran que, entre las familias que ya han realizado las reservas de los lotes de libros de texto para sus hijos, la frustración es notoria pese a que, este año, no ha habido tantas carencias como las que hubo el año pasado, cuando también se dio un retraso en los currículos ralentizando así la compra de libros para el curso, trastocando el trabajo de las editoriales y haciendo que madres y padres tuvieran que esperar a septiembre para obtenerlos.

«Estamos notando un incremento sustancial de los precios por parte de las editoriales. En concreto, esta subida está siendo de un 10 o un 15% y, sin duda, a este problema se le suma el hecho de que muchas familias prefieren esperar al comienzo del curso para confirmar que los libros de texto que han pedido están bien reservados y coinciden con los que tienen otros niños», asegura uno de los libreros con negocio en la capital, añadiendo que, por ahora, son pocas las familias que se han llevado lotes completos, aunque todas han manifestado su sorpresa cuando se les ha dicho el precio total.

Mientras la subida de precios se ha dejado notar en lo que a la venta de material escolar y libros de texto se refiere -repitiéndose la subida que ya se dio el año pasado por el aumento del papel y del plástico en cuadernos, libretas o folios, entre otros elementos-, las tiendas en las que se venden los uniformes apenas han notado el peso de la inflación que lleva azotando al sector del comercio desde hace meses.

Bien es cierto, tal y como apuntan muchas superficies de la capital, que las familias tienden a llevarse los elementos más esenciales como lo vienen siendo los polos, los suéteres, las faldas, las medias, los pantalones o los calcetines, pero la subida de los precios a la hora de adquirir las prendas de ropa que algunos colegios obligan a tener para iniciar el curso apenas se ha cifrado en un 5%, llegando a costar un uniforme completo en torno a los 80 euros para los niños y algo más de 100 si se trata de una niña.

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