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El Centro de Salud Mental Ranquines coordinado por Cáritas hizo balance este martes para destapar que las personas que padecen estas patologías también sufren problemas de vivienda, en concreto el 60% de los atendidos en el centro se encuentran en esta situación porque no tienen casa o porque en la que residen es inadecuada o insegura.
«Los pisos en los que acompañamos desde Ranquines han supuesto una mejora cualitativa en sus vidas», indicó el coordinador, José Manuel Lázaro, durante la presentación del balance de actividad de 2023.
También puso el acento sobre que en el medio rural demandaron este recursos social el doble de mujeres que de hombres.
Es uno de los datos que más llama la atención de los presentados por el coordinador, ya que de los 19 atendidos que residían en la provincia 13 fueron mujeres y 6 hombres.
La cifra contrasta con la paridad que se alcanzó a nivel global, ya que de los 80 atendidos 42 fueron hombres y 38, mujeres. Según aclaró Lázaro, aunque 92 personas demandaron atención en el centro el año pasado, «hemos podido atender a 80».
De ellos, más de la mitad (48) presentaban una edad entre los 46 y los 60 años. Por otro lado, 19 de los asistidos fueron derivados por las administraciones públicas, 16 acudieron por iniciativa propia o de algún familiar y, el resto, fueron derivados por entidades del tercer sector.
El 80% tenían nacionalidad española, en concreto 65, frente a dos personas procedentes de países de la Unión Europea y 13, de extracomunitarios.
Lázaro también incidió en que el 65% de las personas que llegan a Ranquines no estaban dentro de los servicios públicos de Salud Mental. «Conseguimos que en un plazo de entre tres y cuatro meses puedan recibir atención en los equipos de salud mental y que comiencen a seguir un tratamiento», indicó.
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