Cerrado y sin actividad desde hace años. Esa es la situación actual de un bloque de la calle Pérez Oliva para el que uno de sus propietarios ha solicitado la declaración de ruina. Es el inmueble peor conservado y uno de los más antiguos de la calle, ya que solo lo supera el edificio vecino, pero que está en mejores condiciones. El bloque afectado consta cuatro plantas de viviendas que pertenecen a un dueño y dos locales en el bajo que son propiedad de otro titular. Precisamente ha sido el dueño de los pisos el que ha solicitado al Ayuntamiento la declaración de ruina aunque, según ha podido saber este periódico, el otro copropietario no sabía nada hasta ayer.
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La construcción data de 1961, por lo que suma 63 años de antigüedad. En esa vía solo le supera el edificio vecino, que data de 1950, mientras que el bloque que hace esquina con la avenida de Portugal le iguala en años. Según los datos del Catastro, la parcela consta de 105 m2 con un piso por planta de 94 m2.
El edificio lleva años sin actividad e incluso se inició un proceso de rehabilitación de los pisos hace unos años que quedó suspendido, según comentan los vecinos. Los locales están cerrados después de acoger una zapatería y un club de alterne que fue muy conocido en la época.
Una vez publicada la solicitud de declaración de ruina ahora se abre un plazo de información pública durante dos meses. Según la normativa, para declarar el estado ruinoso de una edificación el inmueble debe tener características demostrables de falta de mantenimiento y conservación, hundimiento de suelo, grietas, desprendimientos de cascotes y desgaste de los elementos estructurales. El acto de declaración de estado ruinoso se puede iniciar a través del Ayuntamiento por dos vías. En primer lugar a través de una denuncia o solicitud del propietario o vecinos de la edificación como en este caso, aportando un certificado realizado por un perito; y la segunda por oficio, a través de un expediente realizado por un técnico de urbanismo del Ayuntamiento.
Los gastos relacionados con las reparaciones, rehabilitaciones y eventual demolición de los edificios corren por cuenta de los propietarios. Son ellos los que tendrán que decidir si rehabilitar o demoler la edificación. Atendiendo a los procedimientos publicados en el Boletín Oficial de la Provincia, no se trata de un proceso habitual, ya que desde 2013 se han iniciado cuatro en la ciudad: para la declaración de ruina inminente en el palacete del paseo de la Estación y su desalojo en 2013, ante la ruina inminente del edificio de las Tres Culturas de la Rúa Mayor también en 2013, la declaración de ruina para un edificio ya demolido en la calle La Parra 7 y para el desaparecido edificio en Álvaro Gil 23.
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