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Los puentes son desde hace tres años el gran escollo que está frenando los trabajos de electrificación de la línea de ferrocarril entre Salamanca y Fuentes de Oñoro. No solo se trata de un problema de gálibo que obliga a dar más altura a los pasos bajo los que pasa la vía, como ocurre en el cruce con la avenida de Saavedra y Fajardo —junto a la Comandancia de la Guardia Civil—, sino también de impacto en las vistas de la ciudad y de protección del patrimonio histórico. Este segundo caso era el problema que se planteaba en el puente del Pradillo y para el que ya parece haberse encontrado solución. La comisión técnico-artística del Consistorio, en una de sus últimas reuniones, ha dado el visto bueno a la propuesta de Adif para alargar los postes verticales que ya existen en el puente y convertirlos en soporte de la catenaria, según confirman fuentes municipales.
El puente del Pradillo es el tercer paso más antiguo sobre el Tormes que se conserva en la capital, después del Romano y el de La Salud —del que solo perviven las pilastras—. Construido entre junio de 1891 y el verano de 1892, su valor histórico hace que el Plan General de Ordenación Urbano (PGOU) le confiera una protección integral e impide reformarlo o introducirle elementos distintos a los originales. ¿Cómo instalar entonces la catenaria indispensable para electrificar la vía? Pero no solo eso. Este puente del ferrocarril se enmarca en la vista panorámica de la ciudad, con lo que cualquier actuación que se autorice debe minimizar el impacto visual en el 'skyline' de la capital del Tormes. ¿Cómo colocar la línea aérea de contacto por la que llega la electricidad? Finalmente se ha optado por adaptar postes que ya existen en el puente dándoles mayor altura.
Este puente es uno de los pocos tramos de la línea que une Salamanca con la frontera portuguesa en los que aún no está instalada la línea de contacto. No es el único, tampoco lo está en los pasos inferiores que se encuentran pendientes de una reforma para adecuar los gálibos. Lo cierto es que Adif firmó el contrato de las obras de instalación de la catenaria el 12 de enero de 2018 con la previsión de que estarían acabadas en 18 meses (en julio de 2019), y hace un año, en agosto de 2022, modificó las cláusulas para ampliar el periodo de ejecución a 4 años y medio, un plazo que ya se habría sobrepasado sin que los trabajos estén concluidos.
El puente del Pradillo se proyectó a finales del siglo XIX para impulsar la línea de Plasencia a Astorga, que formaría parte de la desaparecida Ruta de la Plata. Pero en 1985 el Gobierno central, con el PSOE al frente, decidió cerrar el transporte de viajeros en esta línea, y diez años después puso fin también al de mercancías. Es cierto que con el desmontaje del puente de La Salud, los trenes procedentes de Portugal han continuado llegando a la estación de Salamanca a través del Pradillo. Sin embargo, desde la pandemia no ha vuelto a circular por este paso sobre el río ningún servicio para el transporte regular de viajeros, ya que los dos trenes de conexión con Portugal —el Lusitania y el Sudexpresso— que existían fueron eliminados con la declaración del primer estado de alarma por la pandemia de la covid, en marzo de 2020. Desde entonces no se han restablecido las frecuencias y la respuesta del Gobierno de Pedro Sánchez a la pregunta de cuándo se hará ha sido en varias ocasiones: «En estos momentos no existe ninguna previsión respecto a su reposición».
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