Las salas de juegos y apuestas deportivas de Salamanca han incorporado en los últimos meses los últimos avances en tecnología para lograr el objetivo de vetar completamente el acceso de los menores a sus establecimientos, así como de personas con problemas de ludopatías. Tal y como ha comprobado este periódico, en la mayoría de los negocios se han instalado dispositivos acompañados de una barrera física para tratar de evitar la picaresca de la suplantación de identidad que llevaba a muchos profesionales a tener que ejercer de 'policías' para verificar si los documentos eran verdaderos y si la edad era la que se correspondía en el DNI.
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Las máquinas tienen incorporado un lector de DNI electrónico para verificar que la persona está registrada o si puede acceder al ser mayor de edad o no estar vetada en el interior. Para comprobar que la imagen de la persona que quiere acceder se corresponde con la del documento, el dispositivo también tiene una cámara que transmite la información a la persona encargada del acceso que es la que finalmente tiene que dar el 'ok' a la entrada.
La presidenta de la Asociación de Empresarios Salmantinos de Operadores de Máquinas Recreativas (AESOMAR), Carmen Rodrigo, detalló que la mayoría de negocios han ido un paso más allá de lo que establece la norma de la Ley del Juego aprobada en abril del pasado año por la Junta de Castilla y León. «La ley establece que haya un control de acceso en la misma puerta, así como un registro de los visitantes y las empresas han tratado de implementar todos los controles necesarios para evitar que entren menores», detalla. El siguiente paso es tratar de ampliar la seguridad con datos biométricos y controles faciales, aunque antes debe estudiarse las posibles incompatibilidades con la Ley de Protección de Datos tras las últimas sentencias: un club de fútbol fue sancionado por la utilización de los marcadores biométricos de la huella dactilar en el acceso a través de los tornos. «Queremos seguir trabajando para que el juego sea responsable y todas las medidas que tomemos como las tecnológicas ayuden a ello», detalla completamente contraria al argumento de que las empresas hacen la vista gorda por el bien del negocio. «Los menores no pueden entrar en las salas de juego y tratamos de hacer todo lo posible para evitarlo», insiste.
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