Salamanca
Martes, 7 de enero 2025, 10:45
«Yo creo que de aquí al 10 ningún venezolano duerme tranquilo. Estamos en vela por lo que pueda pasar en el país, pero yo creo que el reinado de Maduro se acabó y que, por fin, se van a tener que ir. Solo le pido a Dios que pueda ser de la manera más pacífica posible porque esta gente es capaz de todo por mantenerse en el poder. Lo único que han hecho en estos meses ha sido reprimir y ahora, seguramente, lo harán con más fuerza, pero el mensaje de Edmundo y María Corina es claro: Edmundo va a entrar al país y se va a juramentar pase lo que pase. Maduro no tiene casi aliados internacionales y la voluntad del pueblo tiene que prevalecer», cuenta llena de ilusión Tatiana Escobar, una venezolana afincada en Salamanca.
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Así, los venezolanos tanto en el extranjero como en su país viven unos días en los que el miedo y la esperanza se reparten en partes iguales. Y mientras algunos optan por el optimismo, otros temen que lo que están viviendo vuelva a quedar como en ocasiones anteriores, con decenas de muertos y sin ningún cambio político.
«Muchas personas me han dicho: hay que ver para creer. Para algunos es muy difícil confiar en un cambio político después de tantas veces que la dictadura ha hecho de todo para quedarse en el poder. Pero también hay mucha esperanza y ansías de libertad. Yo tengo una corazonada de que esta vez será diferente. La sociedad civil y los partidos políticos están organizados para lograr un cambio», relata Nelson Montenegro, representante de los venezolanos en Salamanca.
Además de la incertidumbre por el rumbo político que puede tomar el país, los venezolanos en el extranjero viven estos días asustados por lo que la dictadura pueda hacer a sus familiares.
«En Venezuela todo el mundo está aterrado. Temen lo que puede hacer esta gente que ya ha demostrado que no tiene escrúpulos. Las personas puede ir presa solo por una publicación en redes. Desde afuera tenemos miedo incluso de que por lo que publiquemos o digamos les puedan hacerle algo a nuestros seres queridos. Mi familia me cuenta que toda la ciudad está militarizada y que la gente está haciendo las típicas compras nerviosas porque temen lo que pueda pasar. Sin embargo, también hay mucha esperanza. La gente quiere un cambio y tiene mucha fe en María Corina y Edmundo», señala Tatiana Escobar.
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