»Ni faltan médicos ni facultades de Medicina», insisten voces autoridades dentro de la sanidad de Castilla y León. El consejero de Sanidad, Alejandro Vázquez, viene reiterando en la reuniones del Consejo Interterritorial de Salud que es necesario realizar un plan integral sobre el futuro de la Atención Primaria en el que todas las comunidades vayan de la manos para evitar, entre otras cosas, que las regiones se 'roben' médicos las unas a las otras.
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Los propios médicos, sobre todo los que tienen reciente el periodo de la Facultad y el examen MIR, también coinciden en que «médicos hay, lo que faltan son unas mejores condiciones laborales y económicas».
No hay escasez de profesional
Los datos de la Universidad de Salamanca, como ejemplo más cercano, vienen a confirmar que el problema no radica tanto en la escasez de profesionales ya formados, o de estudiantes en proceso de formación, sino del interés que despiertan determinados puestos de trabajo en ellos.
Durante los últimos cinco años, un total de 2.255 alumnos de Medicina de Salamanca han sido admitidos para realizar el examen MIR. De esos, casi 200 se quedaron por el camino y no se presentaron al examen (2.076 presentados).
A medida que avanza el proceso también continúa la criba. Los que lograron la nota de corte tras la realización del examen fueron 1.873, pero hay futuros especialistas que se siguen quedando por el camino porque pese a tener la nota de corte suficiente para empezar a trabajar en el Sistema Nacional de Salud, los que finalmente cogieron una plaza para realizar su formación MIR fueron 1.376. Es decir, solo el 61%, poco más de la mitad, de los estudiantes egresados que fueron admitidos en el examen, terminaron eligiendo una plaza.
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El resto tuvieron varios motivos para decidir no escoger una plaza. El motivo más probable es que el puesto en el que finalizaron nos les permitió escoger algunas de sus opciones ideales y han optado, bien por esperar otro año para volver a presentarse, o directamente trabajar en el ámbito privado, aunque tenga que ser fuera de España.
Lo que se está viendo cada año es que en cada convocatoria hay varias plazas que nadie quiere y que, incluso después de una repesca, quedan vacantes. Y todas esas plazas son de Medicina Familiar y Comunitaria. De hecho, la Universidad de Salamanca tiene una de las ratios más bajas de aspirantes admitidos en el examen y alumnos que finalmente escogen una plaza.
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Por debajo figuran otras universidades como las de Cádiz, San Vicente Mártir de Valencia, Córdoba, La Laguna Las Palmas de Gran Canaria, Málaga y Sevilla.
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