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Casi 42.000 salmantinos recibieron desde el año 2021 al menos una dosis de la vacuna contra la covid de AstraZeneca, que ha sido retirada del mercado europeo a petición de la propia farmacéutica. Entre esos más de 40.000 vacunados se registraron 'casos aislados' de sospecha de trombosis, pero en ninguno de ellos se llegó a confirmar una relación directa con la vacuna de AstraZeneca. «Hubo cerca de medio centenar de casos en toda España en los que sí se encontró relación causa-efecto de una trombosis específica originada tras la vacunación», apuntan fuentes sanitarias de Salamanca.
El motivo de retirar esta vacuna del mercado europeo es doble. Por un lado, la pérdida de credibilidad entre la población después de que el fabricante reconociera ante un tribunal del Reino Unido que el inoculante contra el coronavirus puede ocasionar síndrome de trombosis con trombocitopenia, un trastorno asociado a bajos niveles de plaquetas en sangre. En segundo lugar, que varios países la habían dejado de comprar y casi nadie la estaba utilizando en Europa.
«La verdad es que no es una noticia nueva. Ya en 2021 se publicó el informe técnico de la vacuna en el que se especificaba que existía esta posibilidad catalogada como 'casos extremadamente raros', pero existentes», apunta el internista e investigador Miguel Marcos.
¿Cómo de raros o poco frecuentes son esos trombos? Después de millones de personas vacunadas, la media se reduce a un caso por cada millón de vacunados. «La media es prácticamente como la de otras vacunas empleadas, pero es cierto que es un problema potencialmente grave», añade el doctor Marcos.
Entre ese riesgo de trombosis reconocido por los laboratorios y el hecho -también probado- de que su efectividad era inferior a la de otros sueros como los de Pfizer y Moderna, la utilización de esta vacuna era ya minoritaria. «En las campañas de dosis de recuerdo ya no se utilizaba AstraZeneca y también la indicación se había ido reduciendo a grupos de edad en los que se supone menor riesgo», apuntan fuentes sanitarias.
Ya en marzo de 2021, cuando apenas se llevaban tres meses desde el inicio de la vacunación, se paralizó de forma temporal la vacunación con este producto hasta aclarar si la producción de coágulos de sangre que habían sufrido algunas personas tenía algún tipo de relación o no con la vacuna de la covid-19.
Por entonces se limitó la vacuna a mayores de 55 años, pero también a los estudiantes de la Universidad de Salamanca que realizaban prácticas en centros sanitarios. Alrededor de 2.000 alumnos de Medicina, Enfermería, Fisioterapia, Farmacia, Odontología, Psicología, Logopedia y Terapia Ocupacional, entre otros, fueron pinchados sin mayor consecuencia. Precisamente, la alerta que surgió hace tres años señalaba a las mujeres jóvenes como las que más posibilidades tenían de desarrollar estos accidentes, aunque otra explicación a la estadística es que, directamente, se había vacunado a más mujeres jóvenes que a otros grupos de edad o sexo. De ahí que aumentara la incidencia.
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