Comienza la cuenta atrás. La Nochevieja está a la vuelta de la esquina y este año la tradición de tomar las doce uvas de la suerte a ritmo de campanadas será más cara que nunca llegando incluso a duplicar su coste con respecto a las navidades pasadas, según fruteros del mercado central de Salamanca.
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Es uno de los productos imprescindibles para el fin de año y su coste medio del kilo en el mercado central ronda los 6 euros las uvas con pepitas y los 8 euros las de sin pepitas. Es decir, unos 50 y 60 céntimos respectivamente las doce uvas. «Ese precio multiplicado por muchos comensales es dinero. La uva sin pipo lleva cara bastante tiempo porque hay poca, pero la otra ha subido por Navidad. El coste del kilo ha incrementado unos dos euros más que el año anterior. Este año yo las he pagado más caras de lo que las vendía el pasado», cuenta la frutera Susana Sánchez.
Esta subida se explica por la mala cosecha y la baja producción, según Susana: «No sé si es por la siembra, por especular o por el trasladado y el precio de la gasolina...Al final son uvas recolectadas que se mantienen el cámaras y el coste de la luz también ha incrementado mucho».
En cuanto a las preferencias del consumidor destaca la uva «Aledo» como la reina indiscutible de la Nochevieja, originaria de Alicante con piel fina y un sabor «exquisito». «Suele ser la uva que escoge la gente para dar la bienvenida al año porque es más pequeña que la de sin pepitas y más fácil de digerir», detalla la vendedora de frutas Nati Rodríguez. «Para el día a día y entre semana los clientes optan por las de sin semillas porque prefieren la comodidad, pero para Nochevieja las de con pipo, no sé si por superstición o por la economía», dice Susana Sánchez.
A este aumento de precios, hay quien busca alternativas como gominolas, lacasitos, aceitunas o arándanos. «Aunque esta semana nos han subido las ventas, antes se vendían más uvas. Ahora las familias prefieren las de bote, que no tiene nada que ver, pero suelen estar peladas y son más fáciles de ingerir para los niños y los mayores», según Nati Rodríguez. Por este motivo, Susana Sánchez ha decidido comprar menos cajas. «Antes se vendían unas 25 cajas y este año tan solo he comprado 12 porque no las quiero tirar», concluye
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