Tres millones de euros de fondos europeos «Next Generation» y financiación de la Junta de Castilla y León es el presupuesto del proyecto «H2Metamo» que, de momento, concluirá a finales de este año. Su objetivo es el desarrollo de plantas compactas y eficientes para la generación de moléculas portadoras de hidrógeno. Tiene dos líneas principales: una para generar metano y otra para producir amoníaco. En esta iniciativa trabajan de forma conjunta las Universidades de Burgos, Valladolid, León y Salamanca, así como la Fundación Cartif y la Fundación para la Investigación y Desarrollo en Transporte y Energía (CIDAUT). Desde 2022 los equipos científicos de cada una de estas instituciones se centra en una parte de estos proceso de síntesis del hidrógeno con otros elementos, desde los sistemas de presurización a los catalizadores pasando por los rendimientos de fabricación. Y el equipo de la Universidad de Salamanca, con el catedráfico de Ingeniería Química Mariano Martín a su frente, se encarga, entre otros trabajos, de buscar la localización idónea para esas pequeñas fábricas.
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Aunque, de momento, no hay ninguna decisión tomada, esta provincia ofrece muchas ventajas para esta iniciativa. «La localización de Salamanca como posibilidad está ahí porque aúna comunicación, disponibilidad de energía y ventajas para la sociedad», explica el catedrático aludiendo tanto al futuro hidroducto como a su ubicación en un corredor europeo. «Desde el punto de vista de la renovables, tenemos dos cosas. Por un lado, el importante peso de la hidroeléctrica y que nos encontramos en una situación en la que los paneles solares se están poniendo con cierta productividad», añade. «Y luego el tamaño del tejido industrial de la provincia puede favorecer esa economía modular en el sentido de que no llega a los tamaños que solía tener la industria química tradicional», apunta Martín, quien añade también la importancia de favorecer con este tipo de iniciativas a territorios que necesiten un impulso respondiendo a criterios de paro, despoblación o envejecimiento demográfico.
«Cada universidad hace parte del despliegue y la encargada de buscar la ubicación de la planta y de integrar todo el proceso es la Universidad de Salamanca, por lo que lo razonable sería que el sistema que se cree se localice cerca de ella. No tendría razón de ser una ubicación lejana, pero aún no está definida la ubicación», señala el gerente de la Asociación Castellano y Leonesa de Hidrógeno, Javier Robador, quien tiene claro que este proyecto no se quedará solo en el papel. Incide en que o bien con nueva financiación pública, con apoyo privado o con la combinación de ambos llegará a materializarse en un proceso de producción real.
Por su parte, Mariano Martín confía en que se llegará a diseñar un modelo de planta piloto y en comercializar los equipos que se están diseñando para que puedan ser empleados en plantas que se ubiquen en Salamanca o en cualquier otro lugar.
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