Una aventura teatral sobre ruedas en el Día sin coches

Subir al autobús urbano es un hecho cotidiano para multitud de pasajeros en su día a día. Para muchos es un hecho monótono, pero de vital importancia para desplazarse por la ciudad. Este jueves, “Día sin coches” con autobuses gratuitos, los usuarios experimentaron la magia del teatro en movimiento. La compañía de teatro Kamaru convirtió el transporte público y sus respectivas paradas en salas teatrales con divertidas representaciones para fomentar la movilidad sostenible dentro del programa de actividades de la Semana Europea de la Movilidad.

“Llevamos cuatro años realizando esta iniciativa el día de autobús gratuito para animar a la ciudadanía a utilizarlo durante todo el año. Queremos que las personas se lleven más que un viaje. Así como amenizarles la estancia en el bus y en la parada”, reconoció el actor Julián Fonseca.

Los pasajeros pudieron disfrutar con dos señoras de la limpieza “frustradas por la cantidad de autobuses y paradas que tuvieron que limpiar” (Julián Fonseca y Elena Tavera), dos payasos conductores que predicaron las normas de circulación (Aitor Jiménez y Daniel Claudio) y dos viejos roqueros rebeldes que mostraron la parte positiva del transporte a través de la ironía (Rubén Salinero y Oliver González). “Cada año realizamos papeles diferentes con la idea de representar un perfil de usuario habitual del autobús”, detalló Julián Fonseca.

“Tengo a mi padre ingresado en el hospital y venía triste hasta que han subido los actores y me han alegrado la mañana. Es una forma diferente de ver teatro”, expresó la pasajera María José Rodero.

La salmantina María Villoria no paró de reír a carcajadas mientras esperó en la marquesina. “Nos hace falta tener buen humor porque vivimos muy estresados y esta es la iniciativa perfecta para conseguirlo”, declaró.

El joven Andrés Martín no dudó en sacar su cámara de fotos para retratar la escena. “Me parece una idea muy interesante porque es una forma de fomentar el uso del transporte público y de animar el ambiente durante los tiempos de espera”, manifestó.

Algunos despistados confundieron a los intérpretes con “universitarios disfrazados” o con un “grupo de solteros”. “Al principio pensé que era una despedida, pero me parecía muy pronto para estar ya de marcha”, reconoció Rosa María Pérez.

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