La UE relega la Ruta de la Plata a 2050 con la beneplácito del Gobierno

El desinterés manifestado por el Gobierno de Pedro Sánchez por agilizar la recuperación del tren Ruta de la Plata ha tenido sus frutos. Los documentos de la revisión de la Red Transeuropea de Transporte (RTE-T), publicados por la Comisión Europea este martes, relegan la reapertura de la línea Plasencia-Astorga, por Salamanca, a 2050. Se mantendrá en el mapa de la red global, lo que sitúa este corredor entre los que tienen menor prioridad para Bruselas y, por tanto, menor acceso a fondos europeos para su ejecución. Ya el pasado noviembre el Ejecutivo nacional manifestó en una respuesta por escrito en el Congreso su renuncia a luchar en Bruselas por acortar una década el horizonte de ejecución de esta conexión. Alegaba que la metodología de la Comisión Europea impedía el cambio. Y esta misma semana el nuevo ministro de Transportes, Óscar Puente, corroboró las escasas intenciones por acelerarlo asegurando que el proyecto estaba “en pañales”. Así, la oportunidad que brindaba la enmienda que se aprobó en el Parlamento Europeo con el apoyo de todos los grupos parlamentarios para que la Ruta de la Plata se integrase en la red básica ampliada y estuviese concluida en 2040, una década antes de lo previsto, se ha perdido.

“Al final el tren Ruta Plata para 2050, es decir, nunca. Está visto el desprecio de este Gobierno al Oeste Peninsular”, publicaba ayer la plataforma en defensa del Corredor del Oeste en X —antes Twitter— tras conocer la revisión de la RTE-T. Sus reivindicaciones, así como las de la alianza de instituciones de Castilla y León y Extremadura que nació en Salamanca con el alcalde de Salamanca, Carlos García Carbayo, entre sus promotores, han caído en saco roto. El mapa de la Comisión Europea —el mismo que se reproduce en esta página— sitúa la Ruta de la Plata entre las infraestructuras de menor prioridad en lo que se refiere tanto al transporte de viajeros como al de mercancías. Tampoco incluye este corredor en la alta velocidad del futuro, sino que la dibuja como una línea convencional. De “profunda decepción”, hablaba ayer el diputado nacional del PP, José Antonio Bermúdez de Castro. “Sánchez ha vuelto a dar la espalda de manera injusta a nuestra tierra. Prioriza y se doblega a los intereses de los independentistas mientras desprecia y relega una infraestructura esencial para el desarrollo de Castilla y León y Salamanca”, aseguró el parlamentario, uno de los firmantes de la proposición no de ley recién presentada para acelerar la reapertura de esa línea ferroviaria. “El PSOE de Salamanca no puede ponerse al frente de manifestaciones en favor de agilizar Ruta de la Plata y luego ser incapaz de defenderlo ante el Gobierno”, recriminó.

El eurodiputado que promovió la enmienda en el Parlamento, el popular Pablo Arias, califica lo ocurrido de “oportunidad perdida”. “Le dejamos al Gobierno la pelota botando y ni siquiera ha tirado a puerta”, explicaba ayer decepcionado, recalcando que el Ejecutivo de Sánchez buscaba lograr una acuerdo sobre la revisión del RTE-T durante su Presidencia y si hubiese apostado por la enmienda del Parlamento se arriesgaba a no lograrlo ya que otros países también apostaban por otras infraestructuras. Por eso, interpreta, no ha tratado de incluir la Ruta de la Plata en la red básica ampliada.

Conexión con Oporto

Pero tampoco el informe encargado por la Unión Europea que urgía a acelerar la alta velocidad entre Madrid y Oporto a través de Salamanca parece haber tenido mucho impacto en la revisión del RTE-T. El tramo entre Salamanca y Fuentes de Oñoro, cuyas obras de electrificación deberían haber concluido hace casi tres años pero aún siguen en ejecución, figura como red convencional de transporte, que estará en servicio en 2030 (red básica). Sin embargo, desde la frontera hasta la localidad portuguesa de Aveiro sí se proyecta una línea de alta velocidad —para trenes que circulen a más de 200 kilómetros por hora—. En el caso de la vía entre Fuentes de Oñoro y Viseu, la previsión es que el proyecto no esté ejecutado hasta 2040, mientras que desde Viseu a Oporto debería estar en servicio en menos de siete años.

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