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Tulipanes para sensibilizar y buscar avances contra el párkinson

Los jardines del Campo de San Francisco han acogido en la mañana de este miércoles la tradicional plantación de esta flor, representativa de esta dolencia crónica y del trabajo entregado que hace la asociación salmantina

Elena Martín

Salamanca

Miércoles, 10 de abril 2024, 14:17

Una semilla que simboliza la esperanza. Una flor que ‘pide’ que se despejen incógnitas. Los jardines del Campo de San Francisco han acogido, en la mañana de este miércoles, la tradicional plantación de tulipanes que, cada año, la Asociación Párkinson de Salamanca hace con motivo del Día Mundial de la enfermedad, celebrado el 11 de abril. El objetivo no ha sido otro que el de hacer visible la solidaridad con los enfermos de esta dolencia crónica y neurodegenerativa y promover esfuerzos que ayuden a contar con más investigación y con más unidades de atención a pacientes y familiares.

En total, son 1.780 las personas que, a día de hoy, se ven afectadas por esta enfermedad en Salamanca -según los datos que la asociación maneja del año 2022-, popularmente conocida por los temblores que ocasiona en quienes la padecen y el importante deterioro cognitivo en el que deriva. Una vez más, este año, el foco de atención se pone en que las personas mayores no son las únicas afectadas por el párkinson. Y es que cada vez son más los jóvenes a los que se les detecta la enfermedad. De ahí que urja encontrar las soluciones que se llevan pidiendo desde la asociación desde hace tiempo y que podrían resultar ser una ligera luz al final del túnel en el que se encuentran.

Agustín Vivas y Javier Gutiérrez conocen de primera mano lo abstruso que, entre todas las afecciones existentes en la sociedad actual, resulta tener párkinson. Antes de participar en la iniciativa que la asociación ha organizado este miércoles en el Paseo de San Vicente consistente en la plantación de tulipanes como símbolo de la cantidad de variedades diferentes que presenta esta flor, similares a las múltiples manifestaciones de la enfermedad, a ambos les es imposible no acordarse del momento en el que recibieron “un auténtico jarro de agua fría” en forma de diagnóstico. Junto a ellos, más de una decena de familias y de personas afectadas y las concejalas de Salud Pública y de Medio Ambiente, Vega Villar y María José Coca, han plantado varias semillas con las que han reflejado la lucha incesante a la que cada día los afectados se tienen que enfrentar desde que se levantan hasta que se acuestan.

Agustín Vivas, de 66 años, fue diagnosticado con párkinson en 2013. "Llevaba un tiempo tocado, pero nadie daba con lo que tenía. Cuando fui diagnosticado con párkinson, sentí alivio porque supe, de una vez por todas, lo que tenía, pero recibí un palo a la vez. Esta enfermedad es para toda la vida y siempre va a peor. Solamente nos queda luchar", ha asegurado este jubilado, que recibió la incapacidad un año antes de la edad en la que le tocaba jubilarse y que, cada día, acude a terapia a la asociación. "Hago muchas actividades para no estar parado. Intento vivir la vida al máximo y como puedo", ha recalcado.

Por su parte, Javier Gutiérrez, de 60 años, fue diagnosticado en el verano de 2012. De aquel varapalo, hace exactamente 12 años. Los primeros síntomas atacaron directamente a su forma de escribir. "Empecé a no entenderme cuando escribía. Cada vez escribía peor y la letra era cada vez más pequeña. Decidí ir al médico porque sabía que algo no iba bien y ahí empezó mi calvario", recuerda Gutiérrez. "Cuando me diagnosticaron, pensé que el médico se había equivocado. Me negaba a aceptarlo. Fue un auténtico mazazo", asegura este jubilado, que 'vive' en la Asociación Párkinson de Salamanca y que recomienda "no estar parado" para seguir activo. "Si te paras, estás perdido", ha sentenciado.

Por último, la presidenta de la Asociación Párkinson de Salamanca, Teresa Martín, ha mostrado optimismo al ser preguntada por la situación por la que, a día de hoy, pasa la enfermedad en la provincia. "Vamos avanzando. Cada vez hay mejores tratamientos, pero hace falta mucha investigación", ha asegurado, haciendo alusión, además, a la máquina que, el año pasado, el presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, se comprometió a traer al Hospital de Salamanca para combatir los efectos de esta enfermedad: "El que traigan hasta aquí la máquina está muy bien, pero esa máquina es para los temblores. Es una nueva técnica, pero, con eso, llevan 30 años. Hay otros muchos síntomas que avanzan por otros lados".

Por otro lado, Teresa Martín ha señalado que, para hacer frente a la enfermedad, se necesita mucho dinero. "Los pacientes que tienen párkinson necesitan muchas ayudas porque, al final, necesitan terapias permanentemente. Hay gente con 35 o con 40 años que, desde el primer día, tiene que hacer terapias específicas. No todo el mundo se puede permitir encontrar personas a tres turnos. Por eso, la mayoría de pacientes terminan en una residencia con otro montón de gente que tiene patologías distintas. Debería haber sitios como el hospital para todas ellas", ha sentenciado, animando a la sociedad a ser "más solidaria" y a que "dé tiempo" a las personas que sufren párkinson porque "muchas veces se sienten avasalladas": "Hoy son ellos, pero mañana podemos ser nosotros".

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