Los trucos más efectivos para conciliar el sueño cuando aprieta el calor

Durante las temporadas de intenso calor, la calidad del sueño disminuye, y conseguir que sea profundo supone todo un reto. Sin embargo, no es solo cuestión de la temperatura, son muchos los factores que intervienen para que el descanso durante esta estación sea óptimo.

En primer lugar, se debe procurar que el ambiente de descanso se encuentre por debajo de los 26º grados. A partir de esta temperatura, los ciclos de sueño comienzan a ser más irregulares, dado que el cuerpo necesita descender su temperatura cuando duerme. Si las temperaturas ambientales son elevadas, dificultan la autorregulación corporal. A su vez, a mayor temperatura, menores son los niveles de melatonina, la hormona que produce el cuerpo para regulae los ciclos de sueño. Una solución a este factor es disfrutar de una ducha fría, y emplear pijamas ligeros de algodón o lino.

Por otra parte, las horas de sol también provocan disconformidades en el descanso. Con el sol sobre el horizonte, la luz estimula la producción de cortisol, una hormona que nos hace estar en alerta. Durante el verano, este estímulo se prolonga mucho más que el resto del año, y se retrasa la producción de melatonina, que llega tras el atardecer.

En cambio, son muchas los remedios para sobrellevar los noches de olas de calor. Aunque en esta temporada es difícil mantener una rutina, es importante dormir siempre un mínimo de horas, y coger hábitos de sueño ayuda a tener un buen descanso. También es muy recomendable que las cenas sean ligeras y lo más pronto posible. De esta manera, la digestión, que implica una subida de la temperatura corporal, estará ya hecha a la hora de irse a la cama. Por último, no se debe realizar una intensa actividad física antes de acostarse, y reducir la duración de las siestas.

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