Tres historias de los agentes de la Guardia Civil que han emocionado a Salamanca

La familia del agente de la Benemérita Félix Córdoba recibió este sábado el apoyo de todos los asistentes. Entre lágrimas, su hijo y los padres del fallecido obtuvieron, de manos del teniente coronel jefe de la Comandancia, la Cruz de la Orden del Mérito del Cuerpo de la Guardia Civil a título póstumo. Las lágrimas de los familiares emocionaron a todos los presentes, que respondieron con una gran ovación que duró minutos. «Mi hijo ha muerto de cáncer. Estuvo cuatro años y tres meses enfermo, pero prestó servicio hasta última hora», manifestó la madre del Guardia Civil a este medio. Asimismo, en su dolor por una perdida tan sentida se mostró agradecida: «Estamos muy orgullosos de mi hijo. Hoy hemos recibido el cariño de todo el mundo y el de mi hijo más todavía. Ha sido un día difícil para la familia», aseguró entre lágrimas.

El personal del cuerpo en situación de retiro también recibió galardones en señal de reconocimiento a su trayectoria profesional y vital. El Suboficial Brigada Moisés Serrano, con 100 años de edad, también fue condecorado después de toda una vida de entrega al cuerpo de la Guardia Civil. «Siento mucho orgullo. Si tuviese otra vida repetiría de profesión», aseguró. La voz del condecorado se volvió temblorosa y las lágrimas cubrieron sus ojos. En este día tan especial, echaba de menos a su esposa: «Hoy me falta alguien. Hace dieciocho días, mi mujer falleció», reconoció. En esta ocasión, los logros también se compartieron con el cielo.

Instantes antes, el Guardia Civil retirado Gabriel de Arriba, de 103 años, había recibido también una placa de manos del teniente coronel jefe de la Comandancia.

• Temas
• Guardia Civil
• Homenaje