Desde la reposición del tercer Alvia a Madrid en abril de 2022, Salamanca tardó más de dos años en recuperar la cuarta frecuencia —todavía sigue pendiente de ofertarse durante los fines de semana—. La batalla por la mejora de las comunicaciones ferroviarias con la capital de España vuelve ahora al punto de partida, a la situación previa a la pandemia, cuando las instituciones reclamaban al Gobierno de Pedro Sánchez un quinto tren rápido. No obstante, el Ejecutivo central, que tanto se resistió a restituir la cuarta frecuencia, da ahora por hecho que la quinta será una realidad. Pero lo cierto es que no cuenta con material rodante y la disponibilidad que ofrece la vía en el tramo entre Olmedo y Madrid es mínima, según apuntan los propios trabajadores de Renfe, que indican la saturación que existe en la línea tras el aumento de conexiones con Galicia. Si bien desde Salamanca hasta Medina del Campo no hay dificultades, remarcan que en la actualidad existen escasos horarios a lo largo de la jornada en los que se pueda ofrece una quinta frecuencia de tren rápido a Madrid.
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El delegado del Gobierno en Castilla y León, Nicanor Sen, aseguró el pasado jueves que «nada más que llegue el material, la quinta frecuencia o incluso una sexta serán realidad». ¿Cuándo ocurrirá esto? No hay fecha. El representante del Ejecutivo central no se quiso pillar los dedos porque no está claro cuándo Talgo hará entrega de otro lote de trenes Avril (s-106 y s-107). De hecho, conforme a las palabras del ministro de Transportes del pasado junio, Salamanca ya tendría que disfrutar del quinto Alvia. Óscar Puente aseguraba entonces que su idea era contar a finales de 2024 con un tren para ampliar los servicios entre Salamanca y Madrid. No ha sido así. Lo supeditaba, eso sí, a un estudio que confirmase que había demanda suficiente para ello. Este condicionante ha desaparecido. Al menos, Sen ya no ha hecho alusión a ningún estudio. Pero ha aparecido un nuevo incoveniente: una vez más el calendario de llegada de los nuevos trenes vuelve a incumplirse. Debido a esos retrasos, el cuarto Alvia tardó en implantarse más de dos años desde que se asumió el compromiso de reponerlo.
Salamanca no recibirá una máquina a estrenar, sino que el nuevo material permitirá liberar otra ya en uso que sería el que se utilizaría para ampliar el servicio entre la ciudad del Tormes y la capital de España.
Entre los cambios en las conexiones ferroviarias que está estudiando Renfe, no solo se encontraría la recuperación del tren Lusitania entre Lisboa y Madrid. Sobre la mesa está también un cambio en el itinerario del Alvia que conecta diariamente Salamanca con Barcelona. Aunque todavía no hay una decisión definitiva, personal de la operadora así como representantes de los trabajadores apuntan que la compañía está barajando recuperar el itinerario que este servicio tenía antes de la pandemia, lo que implicaría que dejaría de parar en Vitoria, Pamplona y Tafalla, ya que en Miranda de Ebro se desviaría por Logroño para incorporarse al recorrido actual en Castejón de Ebro y continuar hacia Zaragoza, Lérida, Tarragona y Barcelona. Se trataría de volver al itinerario que realizaba hasta marzo de 2020, antes de la irrupción de la covid, y que fue variado en 2021 cuando el servicio de Alvia directo a la capital catalana volvió a reponerse.
Por otra parte, la propuesta pasa también por restablecer el antiguo horario. Si actualmente parte de la capital del Tormes a las 12:28 minutos, pasaría a hacerlo en torno a las seis de la mañana. Con ello, la operadora se plantea eliminar la actual conexión entre Salamanca y Valladolid que parte a esa misma hora de Vialia, dado que los viajeros podrían hacer ese trayecto en el Alvia de Barcelona. No obstante, se reduciría una frecuencia entre las dos ciudades castellanas y leonesas y muy posiblemente el precio por tomar ese primer servicio de la mañana variaría, según apuntan fuentes muy próximas a la compañía.
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Esta modificación del servicio ferroviario conllevaría otros posibles cambios que han provocado preocupación entre el personal. Se ha planteado la posibilidad de que para llegar desde Salamanca hasta Barcelona en este servicio sea necesario realizar un trasbordo en Zaragoza, donde los viajeros tendían que coger un tren lanzadera hasta la capital catalana. Previsiblemente se cambiaría el tren que realizaría este trayecto, y no está claro si el que se pondría contaría con servicio de cafetería, muy demandado por los pasajeros cuando se trata de trayectos tan largos como este, que actualmente supera las nueve horas de duración.
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