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En el año 2004 una familia de ecuatorianos llegó a Salamanca en busca de alguna oportunidad para poder llevar una vida más humana. Vivían alrededor de una decena de personas en casa de unos familiares. No tenían colchones para todos y dormían con cartones, hacía mucho frío, sin calefacción, sin abrigos, ni mantas. Esta familia, y otras como ella, empujaron a abrir el Ropero de Puente Ladrillo, que este año sopla las velas de su 20 cumpleaños.
20 años después, los amigos y colaboradores del Ropero continúan repartiendo solidaridad. Con las donaciones de ropa y otros enseres que los salmantinos entregan, el Ropero realiza ventas solidarias. La reparte a personas en situación de vulnerabilidad a un precio simbólico, y con lo recaudado consiguen llenar los contenedores. El pasado miércoles, 5 de febrero, han enviado su decimoquinto contenedor hacia Capiatá (Paraguay).
Un container con 16.000 kilos lleno de ropa, mantas, libros, material de costura y escolar, utensilios de cocina, andadores, sillas de ruedas... Gracias a los envíos del Ropero se ha generado una dinámica de desarrollo comunitario en Capiatá: han nacido costureros de mujeres capiateñas que tienen la posibilidad de aprender y ganarse la vida, un Costurero Central, comedores sociales y una biblioteca.
“Cuando llega el contenedor a Capiatá, la parroquia realiza el mismo trabajo que nosotros. La ropa se coordina desde el costurero central y se manda a todas las comunidades que lo necesitan”, según Chuchi Razquin, organizador del Ropero, que añade que del material de costura se encarga Sara Roa, profesora en Capiatá.
“Sara coordina los costureros e imparte clases de corte, confección y costura en los colegios. En ellas utilizan la ropa y los materiales que enviamos desde Salamanca, así los jóvenes aprenden a coser, pues allí es una salida laboral”, añade Razquin. Asimismo, los libros que llegan van destinados a la biblioteca del colegio: “Debe ser la única gran biblioteca que hay en la ciudad paraguaya ya que desde el Ropero hemos enviado unos 40.000 ejemplares”.
En noviembre de 2023, cuando falleció el párroco salmantino José María Velasco después de dedicar más de 50 años de su vida a la comunidad paraguaya, el Ropero envió otro container. Con la llegada del nuevo párroco, Jorge Sotelo, el proyecto continúa su labor con el compromiso de mantener los comedores sociales, los talleres de costura y la biblioteca.
Este decimoquinto contenedor refuerza la trayectoria del Ropero de Puente Ladrillo como un referente de solidaridad y ayuda humanitaria en Salamanca. “Volvemos a necesitar la ayuda de los salmantinos con más ropa, mantas, material escolar y de costura... porque con este contenedor hemos dejado el Ropero casi vacío”, destaca Razquin.
La carga desde el Ropero de Puente Ladrillo
Vecinos de distintos barrios y pueblos de Salamanca, como Puente Ladrillo, Chamberí, Santa Marta, Prosperidad, Alba de Tormes, Sando..., así como de grupos Scouts, Molokai, la Fundación Mil Caminos, Santiago Uno y varios colegios han ayudado a cargar el contenedor 15. La iniciativa también ha contado con la participación de personas de diferentes nacionalidades, entre ellas Guinea, Ghana, Nigeria, Guinea Ecuatorial, Bolivia, Colombia, Marruecos, Argelia y Argentina.
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