El Centro de Investigación del Cáncer ha organizado una jornada centrada en la importancia de trasladar el trabajo de los laboratorios hacia los pacientes. Una frontera que, según recalcaron los especialistas, cada vez es más difusa e integra ambos escenarios.
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Con más de 60 proyectos activos y más de 250 investigadores, el instituto se pregunta cómo se traslada este trabajo. «Se traslada en nuevos servicios diagnósticos y sobre todo, nuevas formas de tratar a los pacientes», apuntó el director del CIC, Xosé R. Bustelo, que entiende que «el valor añadido del Centro del Cáncer es poner juntos a investigadores básicos y clínicos».
El investigador puso el acento en «los programas cooperativos que están financiados por el CSIC o por convocatorias internacionales». «Son programas creados para entender mejor y diseñar terapias como un oncogén, muy frecuentemente alterado en cáncer, que es KRAS. También hablaremos en esta jornada de un proyecto internacional que se lidera desde Salamanca para detectar los primeros estadios del origen del cáncer en algún tipo de linfomas», apuntó en alusión a un millonario proyecto de investigación liderado por Alberto Orfao.
Bustelo apuntó sobre los plazos obligatorios. «Lamentablemente ese proceso lleva tiempo, porque cualquier innovación exige una evaluación y debes asegurar que las terapias son eficaces y que no hagan daño a los pacientes. Es un proceso que lleva alrededor de diez años, aunque puede que se acorte porque cada vez somos más haciendo la parte preclínica. La inteligencia artificial también nos va a ayudar».
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