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La entrega de radiadores por parte de Cruz Roja es una prioridad durante estas fechas.
La solidaridad, clave en la reconstrucción de las zonas devastadas por la DANA

La solidaridad, clave en la reconstrucción de las zonas devastadas por la DANA

Cáritas y Cruz Roja desarrollan acciones de emergencia, rehabilitación y apoyo a las comunidades afectadas

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Domingo, 12 de enero 2025, 05:00

Han pasado más de dos meses desde que la DANA azotó la provincia de Valencia con un balance de 224 personas fallecidas. Los 78 municipios afectados por la riada continúan trabajando en su reconstrucción para intentar recuperar una normalidad todavía lejana.

Se calcula que unos 128.000 vehículos han sido dañados por la DANA y hasta ahora se han retirado más de 400.000 toneladas de enseres que han quedado inservibles por el agua.

El otro problema que se está atendiendo de forma prioritaria es la retirada de lodo de casi 900 garajes y sótanos, donde se ha ejecutado ya en un 78 % según los últimos datos de la Generalitat.

Asimismo, más de 54.000 empresas resultaron afectadas. Durante estos meses, se han reconstruido kilómetros de carreteras y de vías de tren y metro y han podido retomar las clases los 48.000 alumnos damnificados.

A pesar de todas estas dificultades, la solidaridad entre vecinos ha sido clave durante esta tragedia. Asociaciones locales, ONG y voluntarios han trabajado incansablemente para apoyar a los más vulnerables, desde la distribución de alimentos hasta la limpieza de viviendas y calles.

Desde el inicio de la crisis, Cáritas Diocesana de Salamanca se adhirió a la campaña de emergencia impulsada por Cáritas Española para canalizar toda la ayuda posible hacia las familias afectadas, que dio como resultado una primera trasferencia de 123.600 euros a comienzos de noviembre. Cantidad que, junto a la recaudación de los dos últimos meses, suman 408.383 euros enviados a Cáritas de las zonas afectadas, gracias a la generosidad de particulares y empresas, la administración diocesana y otras iniciativas solidarias de diferentes asociaciones.

Cáritas Diocesana de Salamanca se ha adherido desde el primer momento a esta campaña de emergencia impulsada por Cáritas Española.

Los fondos se han ido distribuyendo acordes al Plan de Emergencia establecido por Cáritas. En una primera fase de impacto y rescate, ayudaron a cubrir necesidades básicas en las áreas más afectadas como alimentos, ropa, productos de higiene y otros enseres (incluyendo mascarillas, guantes y productos de limpieza), además de ofrecer alojamiento provisional en centros de acogida.

Actualmente, en la segunda fase se está acompañando a los afectados; en especial a los más vulnerables, incluyendo personas solas en sus domicilios. Todos ellos reciben asesoramiento social, legal y laboral, así como atención psicosocial. En la tercera fase de la emergencia, orientada a la rehabilitación y reconstrucción de viviendas, las ayudas directas a las familias se complementarán con proyectos a largo plazo de apoyo y atención integral.

La dirección de Cáritas Salamanca recalca que cada aportación cuenta para llevar esperanza a quienes lo han perdido todo. Desde la asociación han querido agradecer a todas las personas e instituciones que han contribuido a hacer posible esta respuesta solidaria, demostrando que la unidad y el compromiso son fundamentales para superar las adversidades. Quienes deseen seguir colaborando, pueden realizar sus donaciones por diferentes vías: enviando un Bizum al 38119 con el concepto «Inundaciones DANA», a través de las cuentas bancarias de la entidad o presencialmente, en su sede de C/ Monroy 2 (horario de 10:00 a 14:00 y de 17:00 a 19:00), señalan.

Cruz Roja

Desde el pasado 30 de octubre, Cruz Roja Española ha ido adaptando su ayuda a las diferentes necesidades de la población dentro de un Plan de Respuesta establecido por la organización a tres años para ayudar en la fase de emergencia, así como en las fases de recuperación y resiliencia de las zonas afectadas. Hasta ahora, se han movilizado más de 8.270 personas de todas las provincias españolas, tanto personal como voluntariado, y se han realizado más de 270.000 asistencias.

Cruz Roja en Salamanca se sumó al dispositivo de emergencia el pasado 1 de noviembre cuando partió el primer equipo de voluntariado hacia Valencia. Desde entonces se han desplazado 34 personas voluntarias a Valencia en relevos y en varios equipos para diferentes labores en las zonas afectadas por la DANA: de limpieza en los primeros días, pero principalmente de logística, apoyo psicosocial, reparto de bienes, materiales y medicación, transporte de personas con movilidad reducida, visitas domiciliarias… Además, tres trabajadores de Cruz Roja han viajado a Valencia y Madrid para reforzar el apoyo en tareas de coordinación de voluntariado, gestión y logística y apoyo psicosocial.

Hay que destacar que durante estas Navidades, ha continuado la presencia de voluntarios procedentes de Salamanca en Valencia. Personas que durante estas fiestas tan familiares han priorizado durante unos días la solidaridad y la labor de ayuda a la población que sigue afectada en Valencia.

Entre el 29 de diciembre y el 5 de enero un grupo de voluntarios se desplazó desde Salamanca hasta Valencia para ayudar en las tareas logísticas de reparto de material.

Así, del 25 a 29 de diciembre, un equipo de tres personas voluntarias participó en el reparto de calefactores, camas, colchones, ropa de cama, vitrocerámicas, deshumidificadores, alimentación y artículos de aseo en domicilios de Algemesí y Massanassa; y del 29 de diciembre al 5 de enero, otro equipo de tres personas voluntarias participó también en labores de logística en varias localidades afectadas.

Los próximos equipos previstos de Cruz Roja realizarán labores de voluntariado del 12 al 19 de enero y del 19 al 26 de enero.

En la actualidad, también continúan desplegados equipos de búsqueda y salvamento marítimo y terrestre; se están realizando acciones de rehabilitación y recuperación de locales comerciales para la reactivación de negocios, además de equipos para movilizar personas y ayudarles a subir y bajar de sus domicilios.

Las entregas económicas directas a familias a través de tarjetas monedero es una de las acciones básicas que se están llevando a cabo. Esta modalidad de entrega permite que las personas puedan decidir, dependiendo del momento y su situación, en qué invierten esa cuantía. Para poder acceder a la ayuda, las personas han tenido que ver afectadas sus viviendas, dando prioridad a los colectivos más vulnerables. Hasta el momento se han valorado y tramitado más de 11.400 solicitudes en 46 municipios por un importe de más de 13.600.000 euros.

Además, en el marco de la fase de recuperación, Cruz Roja está realizando otras acciones como son los grupos de apoyo a mujeres en dificultad social afectadas por la DANA, apoyo y gestión en ludotecas en Benetússer y Algemesí, ayudas al ocio, entrega de juguetes y dispositivos electrónicos, intervenciones comunitarias en apoyo emocional a través de talleres, cobertura de gastos en productos sanitarios para personas con problemas de salud y apoyo y acompañamiento a personas con enfermedades crónicas.

Por su parte, Farmamundi, organización farmacéutica con sede central en Valencia, desplegó su acción humanitaria por primera vez en sus más de 30 años en la Comunitat Valenciana, destinando 13.212 kg de medicamentos y material sanitario tras la DANA. También ha entregado medicamentos esenciales al Centro de Salud de Paiporta, así como material de protección a plataformas de voluntariado y ONG que trabajan en la zona. Destacan asimismo las ayudas directas a mujeres en situación de vulnerabilidad, acciones de voluntariado y alianzas para la atención psicosocial.

Antonio Lobo, voluntario de Cruz Roja en la zona devastada por la DANA.

«La gente sigue sufriendo mucho, pero lo llevan por dentro»

Antonio Lobo ha acudido en tres ocasiones a las zonas devastadas por la DANA en la Comunidad Valenciana como voluntario de Cruz Roja en Salamanca. Su labor, junto a la del resto del equipo de voluntariado, se ha centrado en atender las necesidades más urgentes y ofrecer, en su caso, apoyo logístico a quienes intentan reconstruir sus vidas.

La primera vez que Antonio acudió a las zonas afectadas fue poco después de la tragedia y permaneció allí seis días. Posteriormente, regresó a finales de noviembre para un voluntariado de cuatro días y, más recientemente, dedicó cinco días durante la Navidad. En cada misión, Antonio ha trabajado en distintas localidades de la provincia de Valencia adaptándose a las demandas específicas de cada momento.

«Al principio entregábamos alimentos, medicamentos y kits de aseo y limpieza», explica este voluntario de Ciudad Rodrigo, y recuerda cómo las calles estaban intransitables por el barro, con enseres apilados tras sacarlos de las casas. Con el tiempo, las necesidades cambiaron. «Ahora entregamos radiadores, deshumidificadores y camas, fundamentales para secar las paredes y permitir que las viviendas sean habitables».

Una de las experiencias que más le impactó fue la visita a una casa donde convivían 13 personas, incluidas varias generaciones de una misma familia. «Además de los aparatos para secar y calentar las habitaciones, necesitaban ropa de cama. Cada caso es único, y tratamos de analizar bien lo que entregamos».

Este voluntario destaca la importancia del apoyo psicosocial que ofrece Cruz Roja. «La gente sigue sufriendo mucho, pero lo lleva por dentro. Son muy fuertes porque no tienen más remedio, pero necesitan desahogarse».

Este apoyo emocional ha sido esencial, especialmente en una etapa en la que las personas comienzan a procesar el duelo tras la emergencia inicial. «En noviembre se veía más sufrimiento, y ahora, aunque intentan recuperar una vida normal, las heridas emocionales siguen abiertas».

Antonio resalta la fortaleza de las personas afectadas y su gratitud hacia quienes les ayudan. «Recuerdo cómo, incluso en los momentos más difíciles, los vecinos nos ofrecían comida. Esa solidaridad es impresionante», reconoce.

Antonio Lobo es voluntario de Cruz Roja desde hace dos años, y además cuenta con una amplia experiencia previa como jefe de Servicio de Protección Civil. Acostumbrado a enfrentarse a situaciones duras, ha sabido aplicar sus conocimientos en estas misiones. Recuerda que las jornadas de su equipo terminaban con una reflexión conjunta sobre lo vivido, un momento para desconectar y prepararse para empezar de nuevo al día siguiente. «Lo más importante es escuchar a quienes están sufriendo porque también es una forma de ayudar», señala.

Antonio asegura que volverá a las zonas afectadas siempre que sea necesario. «Estoy jubilado y tengo disponibilidad absoluta. Me gusta ayudar, y creo que mi experiencia puede aportar algo». Además, en la Asamblea provincial de Cruz Roja, imparte formación sobre riesgos en el hogar para personas mayores, convencido de que la preparación es fundamental para enfrentarse a desastres como la DANA.

Asimismo, subraya la importancia del trabajo en equipo. «Hablo en representación de todos los compañeros con los que he ido. Somos muchas personas. Lo que más me gusta es trabajar en equipo», confirma.

Para este voluntario, lo más gratificante de esta experiencia es «la sonrisa de las personas cuando abren la puerta y les llevas algo. A pesar de todo lo que han pasado, siguen agradeciendo cualquier ayuda», concluye.

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