Significa 'sobrecrecimiento bacteriano en intestino delgado', pero se conoce como SIBO y en los centros sanitarios ya la consideran como 'una enfermedad de moda'.
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Posiblemente por la influencia de las redes sociales -donde se mezclan los síntomas, se confunden los diagnósticos y se cometen atrocidades con los tratamientos- cualquier dolor de barriga se está asociando con esta enfermedad, pero los especialistas lo dejan claro: «No todo es SIBO».
El especialista en Aparato Digestivo, Alberto Álvarez, recalca que «aunque existen varias enfermedades que pueden tener una clínica parecida, para diagnosticar el SIBO hay que realizar un test» que en el caso de Salamanca solo se ejecuta en el Hospital de la Santísima Trinidad.
«Se llama test de aliento y consiste en darle al paciente un producto, que es un azúcar, y luego pedirle cada 10 o 15 minutos que expulse aire en un tubo para determinar hidrógeno, metano y ver si hay más bacterias en el intestino que se analizarán en el laboratorio del hospital», apunta el especialista de la Santísima Trinidad y jefe de la Unidad de Endoscopias del Hospital Universitario.
El procedimiento que se utiliza en Salamanca dura entre dos y tres horas, pero permite obtener un diagnóstico y, a partir de ahí, una guía de cómo resolver el problema de manera eficaz.
Existen dos grandes tipos de SIBO: uno es el que realmente provoca una mala absorción en el intestino, así como desnutrición. Es un SIBO que hay que tratar porque el paciente puede perder peso, sufrir diarreas, etc, pero en la mayoría de los casos es un SIBO asociado a otras patologías del aparato digestivo, sobre todo la del intestino irritable. «Se puede corregir el SIBO, pero si no corriges el intestino irritable o la enfermedad de base no solucionas nada», añade el doctor Álvarez Delgado.
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Casi la mitad de las personas que acuden a la consulta de Aparato Digestivo del Hospital General de la Santísima Trinidad lo hacen por problemas de dolor, hinchazón abdominal o distensión, pero «no todos esos casos son SIBO», insisten los médicos, que invitan a los afectados a ponerse en manos de un sanitario en lugar de comulgar con lo que le escucha a un influencer de Tiktok.
«Pueden ser muchos factores, pero por eso es tan importante que el diagnóstico sea hecho por un especialista- en este caso un médico de Aparato Digestivo-que sea capaz de determinar otras enfermedades o algunas intolerancias», explica Alberto Álvarez.
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Los profesionales están recibiendo numerosos casos de pacientes que se han 'fiado' de las redes sociales y «después de quitarse la lactosa, el gluten, la fructosa y todo lo que han visto por ahí, siguen teniendo problemas porque en realidad no saben cuál es su enfermedad».
En ocasiones se someten a tratamientos que parecen dar resultado inicialmente, pero al cabo de unos meses vuelven a aparecer los síntomas. «El SIBO no es una enfermedad especialmente grave, pero provoca gran discomfort y es frecuente que los pacientes den palos de ciego quitándose ciertos alimentos», comenta Alberto Álvarez.
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El facultativo detalla que «las bacterias que habitan en el intestino suelen estar, generalmente, en el colon, pero cuando hay ciertas alteraciones o enfermedades, las bacterias se trasladan al intestino delgado y entonces pueden aparecer los síntomas». Estos síntomas suelen ser hinchazón abdominal, aire, gas, diarrea y dolor.
¿Qué motivos pueden producir esta migración de las bacterias desde el intestino grueso al delgado? «Innumerables», apuntan los especialistas. «Desde tomar omeprazol, que produce una disminución de ciertos ácidos, hasta que te hayan operado del intestino, o tener enfermedad inflamatoria intestinal, intestino corto, etc», enumeran.
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Existe un cierto debate sobre la causa de que en los últimos meses se esté hablando tanto de la enfermedad, más allá de la psicosis generada en redes sociales. «Probablemente la alimentación tenga que ver con que cada vez haya más problemas intestinales. El trigo que hay en muchos productos que comemos puede que no sea el mismo que se consumía hace 100 años. Seguramente haya alimentos que estén modificados para aguantar las plagas, la falta de agua, etc», reflexiona Álvarez Delgado.
Respecto al perfil del paciente que acude a la consulta de la Santísima Trinidad con sospechas de padecer este sobrecrecimiento bacteriano en intestino delgado, «la gente mayor suele tener más casos de SIBO, pero la realidad es que a la consulta acuden más los jóvenes», afirman. «Se despiertan con la barriga normal y a media tarde tienen un aumento del abdomen a causa del gas. Las bacterias producen metano e hidrógeno, esto hincha el abdomen y da pie a esas molestias tan características».
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Otro dato llamativo es que hay más casos entre las mujeres que los hombres y pueden existir factores hormonales que expliquen esas diferencias.
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