Salamanca
Lunes, 21 de agosto 2023, 12:48
La naturaleza hace bien. O al menos eso creen los practicantes de shinrin yoku, una disciplina japonesa que defiende que el contacto consciente con los espacios verdes equilibran la mente y el cuerpo y, de manera indirecta, ayuda a sanar. Una corriente que cada vez suma más adeptos a nivel mundial y que este verano ha llegado a la ciudad como parte del programa 'Salamanca dorada, azul y verde'.
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«Cuando sintamos un poco de brisa, vamos a abrir los brazos y vamos a recibirla con todo nuestro cuerpo. A disfrutar ese suave contacto del viento con nuestra piel», dice Alicia Jara, apasionada de los baños de bosque y guía de la actividad, al grupo que la acompaña.
Ella no lo duda: extiende sus brazos, cierra los ojos y sonríe. Los participantes titubean un poco y se miran nerviosos entre ellos. A las 19.30 de la tarde hay muchas personas paseando por la ribera del Tormes y los asistentes a la actividad temen hacer el ridículo. Uno a uno, los integrantes del variado grupo se van soltando. Ahí empieza la experiencia. Una actividad sensorial que se desarrolla en el bosque urbano ubicado entre los puentes Enrique Estevan y Felipe VI.
Desde fuera el escenario puede parecer un poco absurdo. Un grupo de casi diez personas caminando con los brazos estirados sintiendo el viento chocar contra sus cuerpos. Sin embargo, una parte de la de actividad consiste en eso: en dejar de pensar en el que dirán y vivir el contacto con la naturaleza al máximo. «Es como volver a cuando éramos niños que hacíamos lo que queríamos y no nos importaba lo que opinaran los demás. Que nos descalzábamos donde nos apetecía, abrazábamos árboles y corríamos entre los arbustos», destaca Jara.
Una actividad que para quienes pasean o hacen ejercicio por la vereda del río puede parecer de 'hippies locos', pero que la ciencia avala puede tener grandes beneficios. «El término shinrin yoku significa bañarse en la atmósfera del bosque. Es una disciplina en la que en Japón se ha invertido una gran cantidad de recursos en investigación y se ha comprobado que tienen efectos positivos sobre la salud debido a que baja los niveles de cortisol, libera oxitocina y mejora las defensa», explica Alicia.
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Así, los baños de bosques proponen una visita sensorial por las zonas verdes alrededor del río Tormes. Un remanso de paz en plena ciudad en el que las personas pueden relajarse y disfrutar de los beneficios del contacto con la naturaleza muy cerca de sus hogares. Un paseo que incluye un curioso conjunto de actividades que van desde sentir la textura de los troncos y disfrutar el olor de los pinos hasta caminar descalzo sobre la hierba y escuchar el canto de los pájaros.
Una experiencia que resultó todo un descubrimiento para la mayoría de los asistentes. «Yo no tenía ni la menor idea de a qué esperarme. Al leer baños de bosque pensé que podía ser un paseo por la zona en el que nos mostrarían restos de pozos o algo relacionado con el agua. Me ha parecido más enriquecedor porque mas que una visita guiada es una actividad en sí», comenta José Carlos, uno de los participantes.
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Una opinión que Alicia escucha de manera recurrente. «Las personas lo que más me dicen es que les gusta que el paseo sea experiencial. Yo cuento algunas cosas, pero lo que se vive es propio de cada uno. Yo he tenido gente que se involucra mucho en los ejercicios y habla con los árboles o se tira al suelo para sentir la hierba. Lo vive al máximo. Esto no es una visita en la que te cuentan, sino que se te dan las herramientas para que tú mismo lo vivas», señala.
Los baños de bosque se repiten todos los miércoles y viernes de 19.30 a 20.30 hasta el próximo 1 de septiembre. El paseo es gratuito, pero es necesario reservar invitación en la web de Salamanca y más.
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