Secciones
Destacamos
Domingo, 24 de julio 2022, 20:24
Salamanca ha experimentado en carne propia una secuela de lo que muchos expertos han alertado en las últimas décadas y que ya es una realidad, el calentamiento global. Las altas temperaturas, provocadas por eventos climáticos drásticos, han provocado destrozos sobre el suelo español y ... ha formado parte de uno de los tantos episodios a los que el mundo se ha enfrentado y que han llegado al mismo resultado: récord en altas temperaturas, multitud de incendio y destrucción. En Salamanca, las temperaturas han superado los 40 grados y solo el incendio de Monsagro ha arrasado más de 8.000 hectáreas.
“La previsión es bastante negativa. Lo que puede suceder es lo que dijo el científico Fernando Valladares en una entrevista para televisión española, y es que este puede ser el verano más fresco del resto de nuestras vidas” alerta Camilo Ruiz Méndez, profesor titular del departamento de Didáctica de las Matemáticas y Ciencias Experimentales la Universidad de Salamanca y responsable de un grupo de investigación sobre el cambio climático dentro de la institución académica.
“Los últimos 10.000 años han sido muy previsibles y de poca variabilidad. Eso ha permitido que las civilizaciones sean como las conocemos. Las grandes cantidades de carbonización están alterando el clima tal como lo conocemos y modifica muchos sistemas que están conectados entre sí”, afirma el experto. Ruiz comenta que los últimos episodios que Salamanca ha experimentado se dan por la masa de aire caliente que se ha “estacionado” encima de la Península Ibérica. Este suceso se conoce como domo de calor y no es un efecto aislado. “Es un fenómeno que tiene varias partes. Por un lado, están las bolsas de presión altas en el Atlántico que se han aparcado encima de España durante mucho tiempo. Lo que sucede es que el aire caliente permanece abajo, cerca del suelo y pasa algo muy peculiar; como estamos en una época del año muy cercano al solsticio de verano (esto es cuando el semieje de un planeta está más inclinado al sol ) hay más radiación, por lo que el suelo se calienta mucho más.”
Durante el día, el suelo tiene un proceso de absorción de energía solar y otro efecto contrario, de soltar el aire absorbido a la atmósfera. A causa del domo del calor, el suelo al soltar esta energía genera que se caliente aún más la atmósfera. Esto provoca que las olas de calor que tengan una durabilidad y una intensidad mucho mayor a de las que se tiene registro. En los últimos 50 años, la temperatura del planeta ha aumentado 1.5 grados según el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, en sus siglas en inglés).
La inmensa cantidad de incendios que han afectado la Península Ibérica han hecho sonar todas las alarmas. No obstante, no se trata de un episodio aislado a nivel mundial: en el cono sur de América Latina, las altas temperaturas han batido todos los récords posibles en enero; en América del Norte, el año pasado, las largas olas de calor afectaron a toda la región.
En esta misma linea, España es uno de los países suscritos al Acuerdo de París, que busca limitar el calentamiento mundial por debajo a 1,5 grados centígrados, en comparación con los niveles preindustriales. Para alcanzar este objetivo de temperatura a largo plazo, los países se proponen alcanzar el máximo de las emisiones de gases de efecto invernadero lo antes posible para lograr un planeta con clima neutro para 2050.
Camilo Ruiz apunta que la ventana de tiempo es “muy corta” y, si bien existen tratados internacionales y consenso entre expertos , aún se debe reflejar en mayor impacto de políticas locales, ya que las medidas “no son suficientes” y comenta que la población todavía no es consciente de “la gravedad de la situación”.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Sigues a B.G.. Gestiona tus autores en Mis intereses.
Contenido guardado. Encuéntralo en tu área personal.
Reporta un error en esta noticia
Necesitas ser suscriptor para poder votar.