Imagen de la fachada de la Casa de las Conchas, ahora convertida en biblioteca pública. FOTOS: LAYA

Los secretos mejor guardados de la Casa de las Conchas

Cada año, este edificio emblemático de Salamanca y convertido ahora en biblioteca pública, atrae a infinidad de visitantes que acceden gratis a su patio interior y que desconocen la leyenda y los secretos que guarda su edificio

Elena Martín

Salamanca

Viernes, 29 de marzo 2024, 11:31

Los edificios más emblemáticos de Salamanca están rodeados de numerosas leyendas para el reclamo de curiosos y visitantes. En ellas, figuran personajes fuera de su tiempo tallados en piedra, historias que nunca se escribieron, pero que han sabido mantenerse 'vivas' y mitos actuales que forman parte de la cosmogonía de los tiempos y que, probablemente, nunca se olviden. La Casa de las Conchas es uno de esos escenarios que embelesan a todo aquel que pasa por la calle Compañía. Representa a Salamanca y a los salmantinos por la mucha historia que guarda. De ahí que haya terminado siendo una biblioteca pública.

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Cada año, atrae a infinidad de visitantes que acceden a su soberbio patio interior, pero la realidad es que muchos de ellos, por no decir 'todos', desconocen la leyenda y los secretos que se ocultan en un edificio que siempre ha llamado y sigue llamando la atención por su originalidad y armonía.

El hecho de que es conocido como 'Casa de las Conchas' por las más de 300 conchas que adornan su fachada es lo de menos. Sus historias centenarias, escondidas tras sus muros, son las que verdaderamente hacen de este monumento un sitio digno de descubrir.

Cuenta la leyenda que el caballero Aldana venció en el campo de batalla al hijo del rey francés. Este le pidió clemencia y Aldana le reclamó a cambio llevar el cetro real y la flor de lis en su escudo. El rey accedió, pero no pudo por menos. Pronuncio las palabras 'C'est mal donné'; las mismas que hicieron que Aldana cambiara su apellido por el de Maldonado, siendo el apellido de la familia a la que pertenece quien, supuestamente, es dueño de este palacio, considerado uno de los escenarios tardogóticos más importantes de la Península Ibérica, representativo de la nobleza urbana. Y es que Aldana es uno de los antepasados de Rodrigo Maldonado de Talavera, personaje de gran relevancia, catedrático de la Universidad, regidor de la ciudad y consejero de los Reyes Católicos, además de em bajador y caballero de la Orden de Santiago. Fue el que consiguió el cetro y las flores de lis que, a día de hoy, lucen en el escudo de dicha 'saga'.

Respecto a la 'envoltura' del edificio, cabe destacar que la Casa de las Conchas es uno de los monumentos más originales de España en cuanto a ornamentación exterior. A él, se suman, en España, el Palacio del Infantado en Guadalajara, decorado con puntas de diamante, o el exterior de la Iglesia de San Marcos, actual parador de León, que fue de la Orden Militar de Santiago y que también está decorado con veneras.

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Por último, hay que destacar que la decoración de las conchas ha sido objeto de varias interpretaciones. Por un lado, se relaciona con el emblema heráldico de Juana Pimentel, la mujer que se casó con el hijo de Rodrigo Maldonado. Sin embargo, otras teorías apuntan a que Rodrigo Maldonado y, después, su hijo, fueron miembros de la Orden de Caballería de Santiago, una de las más importantes. También los hay que, a día de hoy, afirman que la colocación de estas veneras es una muestra del amor que Arias Maldonado sentía por Juana Pimentel. Lo que pocos saben es que, detrás de una de las conchas, hay un tesoro porque, por un momento, se quiso demoler porque empequeñecía la visión de la monumental fachada de la iglesia y, para ello, ofrecieron una moneda de oro por cada venera de la fachada.

Un sótano para pagar las penas del Maestre-Escuela y más usos

Según reza la leyenda, el sótano de la Casa de las Conchas se convirtió en el lugar donde los estudiantes de la Universidad pagaron las penas impuestas por el Maestre-Escuela. Además, cuentan los expertos que este monumento inspiró al autor de la obra 'Todo es enredos, amor', que se atribuye a Diego de Córdoba y Figueroa, aunque otras fuentes apuntan a que fue de Agustín Moreto. Se trata de una comedia que se ajusta a la tendencia dominante en el teatro del XVII. En definitiva, para todos aquellos que quieran conocer la historia de esta joya del patrimonio salmantino, hay que destacar que la Casa de las Conchas fue casa de familia, cuartel, cárcel para estudiantes y escuela. Además, estuvo en la mira de los jesuitas, quienes quisieron comprarla porque entorpecía la perspectiva de la Iglesia de la Clerecía.

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