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¿Qué supone para un médico acceder a la Real Academia de Medicina?
—Es un orgullo especial porque son los propios compañeros académicos quienes te reconocen y te proponen. Ser académico es el más alto honor en la docencia, en la investigación y en la medicina. La Real Academia es una institución honorífica, pero de muy alto prestigio y por eso me ilusiona tanto acceder.
Y es usted el presidente de los médicos salmantinos.
—Son dos instituciones distintas. Desde luego que me enorgullece presidir el Colegio de Médicos, pero esa es una tarea más ejecutiva.
En su discurso de ingreso ha hablado de la figura de la relación entre el médico y el paciente.
—Pero comparo cómo era esa relación antes y cómo es ahora. Valoramos a lo largo de la historia cómo ha sido ese vínculo, dándole importancia al trato humanístico de la relación: a la palabra, la biología y la historiografía del paciente. Los médicos debemos recordar que no tratamos enfermedades, sino enfermos. Frente a la situación actual de dar más valor a los datos, nosotros apostamos por el relato del paciente, pero sí observamos cómo se hacen numerosas pruebas y que, a veces, al médico sólo le importa lo que diga las pruebas en lugar de lo que le cuenta el paciente.
¿Son muy distintos los médicos actuales a aquellos de los que habla?
—Sí, pero también porque se les está educando para que conozcan muchísimo, para que aprendan mucha tecnologia, que la manejen... Pero hay falta de tiempo o no se enseña en las facultades otros aspectos cómo deben ser la historia clínica, la exploración básica... Cosas simples como el trato al paciente y la preocupación por él. Son cosas que no vienen en los libros, pero son fundamentales y cuando algún médico de los antiguos viene al Hospital y es tratado por un joven, sí que piensa que cómo ha cambiado todo.
Con respeto a la Real Academia de otras provincias, pero la de Salamanca no es una más.
—Para empezar porque la Real Academia de Medicina de Salamanca engloba a Zamora, Ávila, Segovia y Cáceres. Por tradición y por historia es de las más importantes del país. Diría, incluso, que es la más antigua, pero en cualquier caso es de las más importantes. A la altura de las de las grandes ciudades porque el nivel de sus académicos es de primerísima línea a nivel nacional e internacional.
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