Una escultora que pinta. Así se define Salud Parada, la artista abulense afincada en Salamanca que presenta este martes, 5 de diciembre, una nueva exposición en La Salina bajo el título de 'Animalario', en la que los animales son los protagonistas de sus obras pictóricas. Una muestra que invita a los visitantes a a descubrir la obra de Salud Parada y a indagar en la naturaleza y, especialmente en la belleza de los insectos, a través del arte. Además, no es la primera exposición que la artista presenta en la capital salmantina ya que la escultora y pintora ya ha traído muestras como 'Sobre los ángeles'.
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¿Qué se va a encontrar el público que visite esta exposición?
Es una exposición en la que los protagonistas son los animales, de ahí el título, 'Animalario'. La empecé a hacer en la pandemia al ver los animales y la naturaleza en su máximo esplendor, cuando nosotros nos retiramos de las calles, que salían flores hasta en las aceras, se me ocurrió plasmar la belleza de la naturaleza. He tardado cuatro años en hacer esta exposición. Es un canto al ecologismo porque estamos perdiendo una gran cantidad de seres vivos, como 200 especies de mariposas que han desaparecido ya y no las volveremos a ver nunca. Le doy una gran importancia a los insectos. Las abejas están también sufriendo muchísimo. Se trata de una defensa a los animales, que son nuestros compañeros en la tierra y es algo que muchas veces se nos olvida.
Es escultora y también pintora, ¿qué faceta suya se encuentra en esta exposición?
Solamente llevo una escultura, porque hace tiempo hice un dibujo a pluma que se llamaba 'La maestra de vuelo' y es la escultura relacionada con esa obra pictórica. El resto de la muestra es pintura.
¿Cómo ha sido el proceso de preparación de esta exposición?
Es un tema inagotable el de los animales. Creo que seguiré trabajando en ello porque es algo que me gusta y a lo que he cogido el 'tranquillo'. Es una exposición un poco más figurativa de lo que he hecho hasta ahora pero es que los animales no requieren abstracción. Cuatro años no son muchos para preparar los cuadros de una exposición, de hecho, hay algunos de los cuadros que he preparado que no entran en esta exposición. He intentado plasmar los animales que a mí me gustan particularmente. Los insectos me parecen preciosos. Destaco un escarabajo que hay en Palma de Mallorca, que es un bichito largo y dorado que se muere en septiembre. Es una preciosidad. La belleza de los animales no tiene límite, puedo estar el resto de mi vida pintando animales. Es un tema inagotable. Me encantan las libélulas o las mariposas, algo que se ve en mi obra. Me da pena pensar que las próximas generaciones no podrán contemplar la belleza de algunas de estas especies porque ya han desaparecido a causa de razones como la contaminación.
¿Siempre fue su sueño dedicarse al arte?
Este era mi sueño. Comencé muy prontito, como muchos artistas, en San Eloy a los ocho años. Desde muy pequeña he esculpido, he pintado, he dibujado y sabía perfectamente a lo que me quería dedicar. Era algo que tenía claro.
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¿Con qué faceta del arte se queda?
Con la escultura. Yo soy una escultora que pinta. Lo que pasa es que hoy en día, vender escultura es muy difícil. Ahora mismo la escultura se entiende en la calle, a nivel de obra pública, o en museos, pero no se entiende como algo que puede estar en una casa a modo de decoración. Yo me siento escultora, desde el principio, todos mis dibujos han ido encaminados hacia la escultura. Los escultores tenemos que aprender antes a dibujar que a esculpir, para trabajar las dimensiones sobre el papel, es la base.
¿Cuál es el ideal de un escultor?
Hacer mucha obra pública. Para mí sería hacer una escultura grandiosa mirando al río Tormes y que se desdoble en el propio río. También me gustaría hacer una gran escultura, en Salamanca, de Isabel la Católica. Es algo que me encantaría hacer como escultora.
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¿Se puede vivir del arte a día de hoy?
La verdad es que no lo creo. Tienes que dedicarte o complementarlo con otra cosa. Puedes vender tu arte, pero vivir solo de tu pintura o de tu escultura, es complicado y lo es más ahora. Siempre diré que faltan salas de exposiciones y las generaciones que vienen pintando o que tienen ilusión por exponer su obra, tienen muy pocos espacios para poder hacerlo.
¿Cree que se valora lo suficiente el trabajo de los artistas?
Nunca se ha valorado lo suficiente. En los siglos pasados, era la Iglesia la que mantenía un poco a los artistas con todo el arte que se hacía entorno a ella. Ahora, es algo más difícil.
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