El salmantino que se ha reinventado como carpintero tras 20 años en un casino

«El trabajo de carpintero es interesante y bastante difícil, no es una profesión fácil». Así lo asegura Javier Vicente Peña, uno de los ocho alumnos del curso de carpintería del CEFOL del Ayuntamiento de Salamanca que cursa el programa mixto desde el pasado mes de febrero.

«He trabajado durante 20 años en un casino como cajero, recepcionista y operador de máquinas. Pero a raíz de la crisis de la covid cerró y me quedé en el paro», explica. A sus 46 años y con una familia a cuestas sentía miedo. «Económicamente no tenía mucho problema porque teníamos ahorros, pero sí mucha incertidumbre después de unos meses desempleado porque no sabes cómo te va a ir».

Tras hacer un curso de orientación, le hablaron del programa mixto, en el que la formación incluye un contrato de trabajo, lo que le garantizaba ingresos al menos hasta el 14 de noviembre. «Esto no tiene nada que ver con el casino. Allí trabajaba de noche y ya buscaba otro horario», reconoce.

Empezó a adentrarse en la nueva profesión «poco a poco» y al principio con mucha teoría. «Luego empezamos a hacer cosas en el taller y después pusimos la madera de un tejado, un trabajo diferente en altura y muy interesante, aunque pasamos mucho calor». También ha aprendido a poner puertas y tarima. Además de acabar el curso con un certificado profesional que le capacitará para trabajar como oficial de segunda, Javier ya ve las cosas a su alrededor con visión de carpintero. «Cuando voy a otras casas e incluso en la mía me fijo en los marcos de las puertas, los huecos que tienen y cómo están colocadas. Antes todo eso me pasaba desapercibido». En cuanto a un futuro, confiesa que de momento está centrado en acabar el curso, «luego Dios dirá».