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ÁNGEL AMOR
Lunes, 31 de julio 2023, 10:37
Salmantino de nacimiento y con más de 1,1 millones de seguidores en Instagram la fama no le ha hecho perder distancia con el mundo real. Álvaro García Sierra, conocido artísticamente como Álvaro Mel, (26 años) comenzó su andadura mediática en 2018 y ... desde entonces continúa mejorando su versión. Confiesa que «siempre hay un hueco para LA GACETA» y contesta las preguntas cercano y sincero, como aquel que tiene presente de donde viene para no olvidar hacia donde va, como aquel que valora lo que es por lo que un día fue.
¿Qué conexión actual mantiene con Salamanca?
—Voy bastante, pero menos de lo que me gustaría. No me pierdo cumpleaños ni eventos familiares, también voy en Navidad y ahora en verano iré algún día. Allí está mi familia y me gusta pasar tiempo con ellos, sobre todo con mi abuela, que es la primera visita que hago al llegar. La veo y me tomo un té con ella.
¿Qué es lo que más echa de menos de aquí?
—Lo que más echo de menos es tomarme un pincho de jeta por la mañana, que no puede ser más charro, charrísimo, y Salamanca en sí aunque creo que lo que más echo de menos es la idea de lo que fue Salamanca en su día para mí, es decir la gente con la que compartí vida allí y que ahora también está fuera.
¿Cómo ha sido su evolución en el mundo dramático desde tu debut en «La otra mirada»?
—Yo creo que he tenido una carrera cuidada y que he ido poco a poco cogiendo bien los proyectos y haciendo las cosas bien. Sí que es verdad que me han llegado más proyectos que he rechazado, o que no nos encajaban, o que hemos preferido no hacer por tener una carrera más sólida. También he ido tomando mucho más respeto a la profesión y he ido aprendiendo y formándome.
¿Qué le hizo embarcarse en un proyecto como «Un Cuento Perfecto»?
—La idea me atrajo mucho desde el principio, me sentí muy querido por todos. Me llamó César Benítez, que es el productor de Plano a Plano, y tanto la escritora, Elizabeth Benavent, como la productora ejecutiva y la directora del proyecto querían que yo fuese David. Además, al ser una serie dirigida por una mujer también me gustaba la idea y, por supuesto, el reparto que había.
¿Había trabajado antes con Anna Castillo?
—No, y ha sido genial trabajar con ella. Lo que más nos preocupaba al principio era que la química de la comedia romántica fuera creíble y verosímil, y creo que está conseguido. Es muy fácil trabajar con ella, es súper natural y muy buena actriz.
¿Recuerda alguna anécdota graciosa del rodaje?
—Empezamos en Grecia, y hacía mucho viento. También que yo al principio dormía muchísimo. Ha habido muchos momentos buenos en el rodaje, ha sido muy gracioso y bastante guay.
¿Cómo ha sido interpretar a David?
—Me ha gustado mucho, aunque me costó un poco el tema de ser como él, David es muy activo y yo soy más pausado. Siempre hablábamos Anna y yo que lo ideal sería que yo hubiera hecho de Margot y ella de David. Pero me ha gustado mucho, ha sido muy divertido, aunque David no es el tipo de persona que yo sería. Tiene muy poca ambición, está muy perdido en la vida y está muy calentito en la mierda.
¿Qué proyectos tiene en mente?
—Tengo el estreno de «El club de los lectores criminales» el 25 de agosto, también de Netflix, y de momento he hecho un par de castings. Estoy bastante relajado. Tampoco puedo decidir yo cuando trabajar, es lo que tenemos los actores.
¿Ha pensado en embarcarse en algún proyecto de interpretación en Salamanca?
—Sí que me gustaría y supongo que en un futuro algo saldrá allí. Me hubiera gustado mucho hacer «Mientras dure la guerra», por ejemplo. Algo así me encantaría.
Su carrera se divide en la interpretación y en las redes sociales, ¿siente predilección por alguno de los dos ámbitos?
—Las redes sociales me parecen un poco más superficial ¿no? Hay gente que se dedica a eso al cien por cien, y lo respeto también, pero a mí, como Álvaro, como persona, me apetece más trabajar en el mundo de la interpretación, de hecho, así llevo ya varios años. Considero que me exige más el mundo cinematográfico, y yo puedo dar más y entonces me siento más cómodo.
Esto es todo por nuestra parte Álvaro, gracias por su tiempo
—Gracias a vosotros y un beso para mi abuela.
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