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Martes, 24 de agosto 2021, 10:25
Salamanca recuperará el rito de ‘enterrar’ a sus seres queridos en el interior de la ciudad. No será un enterramiento como los que se podían dar en la antigua capital del Tormes en el interior de la iglesia o en sus inmediaciones en el siglo ... XVIII, sino la posibilidad de depositar las cenizas en las iglesias, algo reservado hasta ahora para los cementerios o viviendas particulares. La primera congregación en dar el paso serán los carmelitas descalzos en la iglesia de Santa María Magdalena, ubicada en la céntrica calle Zamora.
El prior de los carmelitas descalzos en Salamanca, Miguel Ángel González, confirmó que las obras comenzarán en septiembre en el muro lateral del patio exterior de la iglesia carmelita. Será al ‘aire libre’ en un espacio que hasta ahora solo estaba reservado al esparcimiento de los frailes. “El hecho de que sea un lugar céntrico facilita que las familias puedan acudir y visitarlo en un lugar sagrado”, detalla el responsable.
La instalación del columbario en el patio tendría capacidad para 688 nichos —456 individuales, 212 dobles, 20 familiares y un espacio comunitario que custodia las cenizas de los difuntos una vez finalizada la concesión de los columbarios—. Las concesiones van desde un mes, seis meses, anual, cinco años o 25. Los periodos breves están dirigidos como custodia temporal antes del emplazamiento definitivo. Por ejemplo, el periodo hasta llevar las cenizas al cementerio del pueblo.
Por el momento no se ha elegido la imagen que ilustrará el columbario. Los ejemplos de diferentes ciudades van desde un Cristo Resucitado a palabras bíblicas que deben elegir los responsables del templo.
Finalmente, para que se dé el visto bueno el espacio debe ser bendecido por el obispo de la Diócesis de Salamanca o por un vicario para que reciba la autorización final para poder depositar los restos en el nicho.
A finales del pasado año, la Conferencia Episcopal emitió la instrucción pastoral ‘Un Dios vivo’ donde autorizaba esta posibilidad ante el aumento de las incineraciones y poder conservar las cenizas en un lugar bendecido. Previamente, ya el Papa Francisco hizo el llamamiento ‘Ad resurgendum cum Christo’ donde indicaba que “las cenizas del difunto, por regla general, deben mantenerse en un lugar sagrado, es decir en el cementerio, o si es el caso, en una iglesia o en un área especialmente dedicada a tal fin por la autoridad eclesiástica competente”.
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