Salamanca prueba la nueva 'vacuna del colesterol' que financiará Sanidad

El IBSAL viene probando desde hace meses la eficacia del Inclisirán: el medicamento que se ha dado a conocer -de forma errónea- como 'la vacuna contra el colesterol' y que el sistema nacional de salud financiará dentro de pocos meses.

Lo primero que recalcan los especialistas salmantinos es que «no se le puede llamar vacunar porque induce a error», apunta el cardiólogo Armando Oterino.

Efectivamente, el uso de este producto no es preventivo: no sirve para inyectarse y seguir haciendo una vida normal. «Es un añadido a las pastillas que deben seguir tomando las personas con problemas de colesterol. Quizás en un futuro se pueda sustituir una cosa por la otra, pero actualmente solo se añade como un suplemento al tratamiento pautado», explica el director científico del IBSAL, Luis García Ortiz.

El perfil de los pacientes que se han incluido en los ensayos de Salamanca -son 15.000 en todo el mundo- es el de personas que han sufrido algún infarto o ictus previamente y no consigue controlar sus niveles de colesterol con su tratamiento habitual.

«Lo que estamos probando es que este fármaco disminuye la mortalidad o el riesgo de que se repitan esos eventos», explica García Ortiz, que añade: «La aceptación ha sido muy buena y en ningún caso se han registrado efectos secundarios».

El mismo perfil de paciente que ha sido incluido en los ensayos médicos de Salamanca es el tipo de enfermo que se podrá beneficiar de este fármaco en España.

Los profesionales consultados por este diario afirman que están esperando «al mes que viene» para que Sanidad especifique «en qué pacientes y en qué condiciones» se va a empezar a utilizar, aunque desde el Ministerio de Sanidad ya se ha avanzado que solo estará financiado para «paciente de alto riesgo que no consiguen alcanzar sus objetivos de niveles de colesterol LDL».

La gran ventaja de este producto -aunque queda claro que no es una vacuna- es que no se trata de un fármaco de uso diario, sino que consiste en una inyección subcutánea que se administra tan solo dos veces al año. «La adherencia mejorará mucho porque se puede pinchar tanto en Primaria como en el Hospital, siempre que lo haga un sanitario, y así se podrá hacer un buen seguimiento», expresa el doctor Oterino.

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