Chinche besucona en una foto de la OMS. ARCHIVO EUROPA PRESS

¿Está en Salamanca la peligrosa 'chinche besucona' que se ha viralizado?

El creador de contenido Miguel Assal publicó un vídeo en redes advirtiendo de la peligrosidad de este insecto como transmisor de la enfermedad de Chagas y el reel acumula más de 3,9 millones de visualizaciones

José Fuentes Rajo

Salamanca

Lunes, 17 de marzo 2025, 12:31

Recientemente, un vídeo publicado en Instagram por el conocido creador de contenido Miguel Assal, miembro del Sistema de Atención Móvil de Urgencia, licenciado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte (CAFD) y conferenciante sobre salud, ha generado una gran repercusión en redes sociales superando los 3,9 millones de visualizaciones. El vídeo alerta sobre los peligros de la chinche besucona (Triatoma infestans), un insecto transmisor de la enfermedad de Chagas.

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Este reel ha generado alarma entre los usuarios de la plataforma ya que este insecto puede ser mortífero y en el vídeo comienza diciendo: «Si ves esto en tu casa, aléjate, cambia de casa», sin especificar si este insecto se encuentra o no en España, más teniendo en cuenta que con la globalización, la propagación de enfermedades (como ha ocurrido con el covid o el SIDA) puede generar un problema de salud mundial.

¿QUÉ ES LA CHINCHE BESUCONA Y POR QUÉ PREOCUPA?

La chinche besucona es un insecto hematófago (que se alimenta de sangre) originario de América Latina que puede transmitir el 'Trypanosoma cruzi', parásito causante de la enfermedad de Chagas. Este protozoo puede generar complicaciones graves como miocardiopatías dilatadas y problemas digestivos severos en su fase crónica.

Al succionar la sangre, el insecto deja sus heces contaminadas con el parásito junto a la herida. La persona afectada se rasca la picadura, provocando que este protozoo entre en el torrente sanguíneo, infectándose.

Según la Organización Mundial de la Salud, la enfermedad de Chagas es una de las principales enfermedades tropicales desatendidas, afectando a entre 6 y 7 millones de personas en el mundo, principalmente en América Latina.

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IMPACTO EN ESPAÑA

Como en España no existen estos insectos, no hay riesgo de que la enfermedad se contagie de forma directa. No obstante, si una persona infectada viaja a España puede transmitirlo, por ejemplo, durante el embarazo, de madre a hijo; mediante transfusiones de sangre, lo cual es muy complicado porque se realizan análisis previos; y, en casos muy raros, por accidente de laboratorio o ingestión de alimentos o bebidas infectadas con las heces del insecto. Desde 2005, el cribado en bancos de sangre y trasplantes ha reducido al mínimo la posibilidad de transmisión por estas vías. La principal preocupación en España radica en el diagnóstico y tratamiento temprano de pacientes migrantes o turistas provenientes de regiones endémicas, no en la presencia del insecto transmisor en el territorio, por lo tanto, no supone un riesgo preocupante para la población española o salmantina.

QUÉ ES LA ENFERMEDAD DE CHAGAS Y CÓMO SE TRATA

La enfermedad de Chagas puede manifestarse de distintas maneras según la fase en la que se encuentre el paciente. En la fase aguda, que dura entre cuatro y ocho semanas, la mayoría de los infectados no presentan síntomas, aunque algunos pueden experimentar fiebre, dolor de cabeza, ganglios linfáticos agrandados, palidez, dolor muscular, dificultad para respirar, hinchazón y dolor abdominal o torácico, y en ocasiones, lesiones cutáneas o inflamación del párpado. En casos más graves, el parásito puede afectar el corazón, causando miocarditis, o el cerebro, provocando meningoencefalitis.

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Tras esta etapa, la enfermedad entra en una fase indeterminada que puede durar años o incluso toda la vida sin síntomas aparentes, aunque el parásito sigue presente en el organismo. Sin embargo, entre un 20 y un 30% de los infectados desarrollan complicaciones en la fase crónica, que puede aparecer entre 10 y 30 años después de la infección. En este punto, la enfermedad suele afectar al corazón, provocando arritmias, insuficiencia cardíaca o incluso muerte súbita. También puede comprometer el sistema digestivo, causando el agrandamiento del esófago o del colon, lo que dificulta la deglución y provoca estreñimiento severo. El diagnóstico temprano es fundamental para evitar estas complicaciones y mejorar la calidad de vida de los pacientes.

Tal y como expone la OMS, la enfermedad de Chagas es curable si el tratamiento antiparasitario se inicia precozmente, en la fase aguda, con medicamentos como el benznidazol o con nifurtimox. Además, en infecciones crónicas, cuando ya se ha llegado tarde, el tratamiento y el seguimiento pueden prevenir o frenar la progresión de la enfermedad y evitar la transmisión, por ejemplo, durante el embarazo y el parto.

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Debido a la gran cantidad de animales silvestres que actúan como reservorios del parásito en el continente americano, la erradicación de la infección no es posible. Por ello, los esfuerzos en salud pública se centran en prevenir la transmisión a los seres humanos, garantizar un diagnóstico y tratamiento oportunos, y asegurar un seguimiento médico continuo para las personas afectadas.

En conclusión, aunque la enfermedad de Chagas es un problema de salud pública, su transmisión no ocurre a través del insecto en España, sino que el foco está puesto más en las personas migrantes procedentes de América Latina, o turistas que hayan viajado allí recientemente, que pueden ser transmisores de la enfermedad, para que así reciban el tratamiento adecuado y puedan tener una mejor calidad de vida, impidiendo que puedan transmitirlo también a otras personas.

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