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Salamanca está aún muy lejos de lograr un crecimiento vegetativo positivo. Por cada nacimiento se continúan registrando un mínimo de dos defunciones. Pese a ello, la provincia vive el mejor momento demográfico de los últimos seis años. En los cinco primeros meses de este ejercicio la natalidad ha aumentado un 4,42 % respecto al mismo periodo del ejercicio anterior, mientras que, tras los negros años de la pandemia, la mortalidad descendió un 0,7 % en el primer semestre. Gracias a ello, la diferencia entre los nacimientos y las muertes es la menor entre enero y mayo que ha habido desde 2018, conforme a los datos publicados ayer por el Instituto Nacional de Estadística.
Las proyecciones del INE calculan que a lo largo de la próxima década y media Salamanca sumará de media cada año ocho nacimientos más hasta que en 2038 vengan al mundo 109 niños más, un 6 %, por ejercicio que en la actualidad. Por su parte, la previsión estadística es que la cifra de decesos en la provincia continúe descendiendo hasta 2031, cuando tocará fondo y comenzaría de nuevo a ascender para que en quince años el incremento total de los fallecimientos sea de un 0,7 % al año con respecto a las cifras actuales, que equivaldría a 30 decesos más en doce meses. Teniendo en cuenta la sangría demográfica vivida en las últimas décadas, estas optimistas perspectivas del INE se basan principalmente en la mejora de los datos demográficos de los últimos años, vinculados en gran parte a la llegada de inmigrantes que se asientan en el territorio y tienen en Salamanca a sus hijos, según los expertos.
Entre enero y mayo, los registros civiles de la provincia contabilizaron 732 nacimientos, 31 más que en el mismo periodo de 2023. Desde 2020, el primer año de la pandemia, no se registraba una cifra tan elevada. Por lo que respecta a la mortalidad, hay que remontarse a 2014 para encontrar un ejercicio en cuyas 26 primeras semanas se contabilizasen menos decesos que los 1.977 de 2024 —es cierto que en 2016 fueron exactamente los mismos—. Son 979 decesos más que nacimientos, la cifra más baja desde 2018, ya que en 2019 y en los ejercicios posteriores la diferencia ha sido muy superior.
Por otra parte, mientras que en España, se han encadenado cinco meses consecutivos de incremento interanual de nacimientos, en Salamanca no ha sido posible solo porque en abril se produjo un descenso.
El presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, destacó ayer que los datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística revelan que los nacimientos en Castilla y León han aumentado un 6,5 % en lo que va de año, siendo la tercera comunidad donde más ha crecido, y un 21 % en el caso de la provincia de Segovia. Se trata, indicó, de una buena noticia, que refleja un cambio de tendencia en la lucha contra la despoblación en la autonomía
Además, recordó que nunca ha habido más gente trabajando un mes de junio en toda la serie histórica en la Comunidad, y, por otro lado, se ha producido un incremento en producción industrial, así como en las exportaciones, que han crecido en torno al 12 % en lo que llevamos de año. Estos son solo algunos datos, remarcó el jefe del Ejecutivo autonómico, que ponen de manifiesto que «Castilla y León funciona» en palabras del presidente, quien señaló que este dinamismo también está impulsado por el potencial de la industria agroalimentaria en la Comunidad, que genera cerca de 44.000 empleos, actividad económica, y sirve para fijar población, especialmente en el medio rural.
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