Salamanca cambia las condiciones de uso de su suelo industrial para darle más atractivo

Asentar población, impulsar el crecimiento económico y generar empleo son tres de los grandes retos de futuro, vinculados entre sí, a los que se enfrenta Salamanca. Y, aunque las vías, fórmulas o iniciativas para lograrlos difieran, existe consenso de los grupos políticos y de los expertos en la necesidad de atraer nuevas empresas e industrias . El término municipal cuenta con más de 130 hectáreas de suelo industrial disponible, pero no basta con tenerlo, es necesario que las compañías quieran asentarse en él. Con el objetivo, de hacerlo más atractivo y versátil, el Ayuntamiento ha emprendido una modificación de su principal herramienta de ordenamiento urbanístico, el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU). Este martes, en la Comisión de Fomento, dará el visto bueno a un cambio que permitirá no solo elevar la altura de las construcciones que se asienten en esto terrenos, sino que también eliminará restricciones que actualmente limitan el asentamiento de oficinas, comercios o instalaciones dotacionales — centros escolares y sanitarios, edificios administrativos, instalaciones deportivas o equipamientos culturales—. “Se puede resumir en la adecuación del uso industrial a las necesidades actuales mediante la actualización de compatibilidades en estos suelos a unas más acordes a los tiempos, así como la adecuación de las condiciones de los suelos urbanizables destinados a este uso según sus necesidades”, señala el informe técnico que avala el cambio.

La modificación afecta a cuatro sectores de suelo urbanizable de uso industrial y pendientes de desarrollar. Se trata de “Las Rubieras”, situado junto al polígono de los Villares, y de “Peña Alta” —donde se construirá el Puerto Seco—, “Las Lanchas” y “Las Malotas”. Estos tres últimos conforman los terrenos que rodean el recinto ferial de la Diputación, junto a la N-620. Por un parte, se aumentan las alturas máximas permitidas para las futuras construcciones. Aunque se mantiene la limitación de tres plantas, se pasa de 10,5 a 15 metros la altura máxima “con el fin de dar mayor flexibilidad para el posible desarrollo y buen funcionamiento de estos sectores, pudiendo dedicarse a usos como el logístico y aprovechando la situación de cercanía de las principales carreteras y vías de acceso”, justifican los técnicos’.

Por otra parte y aunque el destino predominante de estos cuatro sectores sea industrial, se amplían los usos compatibles. Se eliminan así las restricciones a la implantación de oficinas y comercios, que hasta ahora no podían superar el 50% de la superficie total edificada, y se flexibilizan las condiciones exigidas para la implantación de locales destinados al consumo de bebidas y comidas. El Plan General seguirá manteniendo para estos terrenos la prohibición de albergar hoteles o su empleo para la construcción de viviendas, pero abre la puerta a las salas de reuniones y espectáculos y a que en los futuros polígonos se puedan desarrollar proyectos dotacionales, que ofrezcan servicios deportivos, sanitarios, educativos o culturales, una posibilidad que hasta ahora impedía. Los técnicos entienden que estos cambios están justificados al haberse intregrado estos terrenos en “el tejido urbano” y que este tipo de instalaciones “favorecen el enriquecimiento” de la zona “fomentando así su explotación, desarrollo y aprovechamiento por toda la población”.

• Temas
• Ayuntamiento de Salamanca
• Salamanca