Salamanca, ante la oportunidad de ponerse a la vanguardia en el estudio de tumores

El Centro de Investigación del Cáncer, centro mixto de la Universidad de Salamanca y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), ha cumplido en 2020 los veinte años de vida, dos décadas en las que ha ido creciendo hasta alcanzar cerca de 250 integrantes repartidos en más de una veintena de grupos de investigación. “Nos hemos consolidado como un centro reconocido de investigación en cáncer en España y en el mundo”, ha afirmado Eugenio Santos en numerosas ocasiones. Así lo cree el prestigioso científico Mariano Barbacid hasta el punto de apostar por Salamanca para impulsar una empresa con su aval centrada en la búsqueda de fármacos contra el oncogén KRAS.

No será la primera “biotech” de este ámbito asentada en Salamanca. Bajo el paraguas del Centro del Cáncer y de la Universidad han ido creciendo los grupos de investigación del ámbito oncológico, pero también empresas vinculadas a este campo de conocimiento que en la mayor parte de los casos aún mantienen una relación estrecha con los investigadores. Immunostep, Citognos, Ego Genomics y 300Kelvin Grades Solutions son algunas de esas empresas biotecnológicas con aplicaciones en el campo del cáncer que tienen Salamanca como sede. Algunas llevan ya muchos años trabajando desde Salamanca y vendiendo desde aquí al mundo entero.

Es el caso de Immunostep, que nació hace ya quince años de la mano de tres licenciados en Biología y Bioquímica. Su actividad se ha centrado en el campo de la citometría de flujo, ofertando productos de relacionados con anticuerpos y controles de isótopo, entre otros. Ubicada en espacios del Parque Científico, del Centro del Cáncer y de la Universidad de Salamanca ha sido una de las empresas que ha cobrado protagonismo en la pandemia al desarrollar con el CSIC un test de alta fiabilidad para medir la respuesta inmunológica de una persona frente a la covid-19.

Mucho más joven es EGO Genomics —nació en 2019— que está dedicada al diseño de estrategias bioinformáticas para identificar e interpretar la información procedente de las herramientas biotecnológicas utilizadas para la caracterización de los tumores, es decir, su función es “extraer el valor biológico de los datos moleculares derivados de pacientes. Estos datos derivados de nuestros análisis son los que, a su vez, permiten formular proyectos de investigación o definir estrategias terapéuticas”, explica Luis Francisco Lorenzo, CEO de Ego Genomics.

Sobre la llegada de la empresa que llega de la mano de Barbacid al Parque Científico comenta: “Son excelentes noticias. Una de las asignaturas pendientes de Salamanca es seguir desarrollando su músculo empresarial en los ámbitos biotecnológico y biosanitario. Esperamos que este movimiento capte el interés tanto del público en general, como de emprendedores e inversores privados”.

El CEO de Ego Genomics reconoce que instalarse en el Parque Científico fue un acierto: “Nos aportó un nicho en un ecosistema ideal que nos permitió establecernos sin necesidad de adquirir por nosotros mismos mucho del equipamiento que necesitábamos”. En la infraestructura de la Universidad de Salamanca en el Parque Científico de Villamayor, esta empresa cuenta con un laboratorio con la tecnología necesaria para la realización de múltiples protocolos de biología molecular.

El anuncio de Krasko Research ha puesto a Salamanca en boca de todos y ha revivido el interés por los avances científicos en este campo. “Con la pandemia nosotros hemos notado un interés creciente en cuestiones asociadas al I+D en Biomedicina. Esperemos que ese interés no se diluya una vez volvamos a la normalidad”, añade Luis Francisco Lorenzo.

• Temas
• Centro del Cáncer
• Salamanca