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La nueva Consejería de Sanidad de Castilla y León se está planteando modificar el proyecto del futuro edificio de consultas para hacerlo más grande y contrarrestar las carencias de espacio que se han detectado en el nuevo Hospital. Entre los trabajadores y dirigentes del Complejo Asistencial existe la certeza de que el nuevo Hospital ha nacido pequeño en determinadas áreas.
No en vano, se trata de un proyecto ideado hace cerca de 20 años y, aunque ha sufrido algunas modificaciones, antes de empezar a colocar la primera piedra ya se advertía de que la sanidad estaba cambiando y ese proyecto se iba a quedar pequeño. Una vez estrenado se han confirmado las sospechas, sobre todo en determinados servicios.
La advertencia ya se había hecho llegar a los anteriores consejeros de Sanidad, que optaron por no complicarse ante una petición de tal magnitud y tiraron hacia delante con el proyecto inicial.
El recién llegado Alejandro Vázquez ha sido el primero en mostrarse dispuesto a tomar medidas... mientras que sea posible, porque el Clínico se va a empezar a derribar este mes y el plazo dado por la empresa para cumplir el trabajo oscila entre seis y nueve meses. Posteriormente, se empezarían las obras del nuevo edificio -a comienzos de 2023- y aquí se estima un periodo de 22 meses para llevarlo a efecto.
Modificar un proyecto de este tipo para hacerlo más grande implica muchos trámites y licencias que se deberían gestionar lo antes posible para no retrasar los plazos, pero la novedad es que hay verdadera voluntad en hacerlo.
El Complejo Asistencial ha notificado a Sacyl que sería interesante ganar más espacio y Vázquez se ha mostrado sensible. “Vamos a intentar darle una solución a este problema”, les respondió.
Cuando se derribe el Hospital Clínico se levantará sobre parte de ese espacio el futuro edificio de consultas, pero aún quedará vacío un enorme solar que, en principio, iba a ser zona verde, pero que se traduce en 45.500 metros cuadrados de edificabilidad sobrante y disponible.
Lo que se está sopesando ampliar es mucho menos. La dirección del Hospital de Salamanca ha elaborado un informe calculando una hipotética ampliación que cifran en casi 5.700 metros cuadrados.
Ahora la duda es cómo se podrían ganar esos metros: una opción es ganar en altura construyendo más plantas y la otra es crecer a lo ancho, ocupando parte de ese solar disponible. Una tercera posibilidad es alternar ambas fórmulas: un poco más de altura y también de extensión.
En cualquiera de las dos situaciones son modificaciones complejas, porque legalmente se establecen unos límites que no se pueden superar y que ahora deben estudiar los técnicos y especialistas.
Desde el punto de vista económico, aunque todavía no se ha entrado en ese terreno, va a suponer un desembolso importante. Simplemente cambiar los planos ya es dinero. Llevarlo a efecto, difícilmente bajaría de los 9 millones de euros, pero desde la Junta entienden que es preferible asumir un nuevo gasto para perfeccionar una instalación que ha costado más de 300 millones de euros y muchísimos años de espera.
El uso prioritario que se le daría a una posible expansión sería para paliar carencias en laboratorios, más consultas, gabinetes, una Unidad de Mantenimiento de Servicios Generales y el IBSAL.
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